En la actualidad, la diversidad cultural es una característica común de las sociedades contemporáneas, hecho que está fuertemente influido por la globalización y los factores migratorios.

“Aunque compartamos un país o una ciudad, al momento de atender a los pacientes, cada uno va a tener una historia en particular que debemos tomar en cuenta cuando los acompañamos en un proceso de atención de final de vida”, indicó la maestra Susana Ruiz Ramírez, integrante del Seminario de Estudios sobre la Globalidad (SEG) de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En la sesión “Diversidad cultural” del Seminario Permanente de Cuidados Paliativos y Humanidades Médicas organizado por el SEG, la maestra Ruiz Ramírez habló acerca del “Modelo ecológico en la atención del proceso de morir y muerte”, que es usado para las personas y su familia cuando están en el final de su vida. También explicó que debido a que existe una diversidad de culturas y creencias sobre el final de la vida que, en muchos casos, provoca problemas entre los profesionales de la salud y los pacientes, surgieron los cuidados paliativos transculturales que pueden guiar a los profesionales en su actuación en función de las creencias del paciente y así conseguir una comunicación eficaz y un buen entendimiento que facilite su cuidado y bienestar.

En el evento transmitido por Facebook Live de la Facultad, moderado por la doctora Nayely Vianey Salazar Trujillo, coordinadora del Grupo de trabajo “Calidad al final de la vida” del SEG, la experta apuntó que surge el concepto de cuidados culturalmente competentes en el que se plantea una nueva visión en la formación de los cuidados paliativos, donde el currículo docente debería contemplar la diversidad cultural, pensando en la diversidad y complejidad de las personas.

“A pesar de las posibles diferencias culturales existentes, también hay similitudes universales en el proceso de morir, que son lineamientos de los que no podemos separarnos como profesionales de la salud, como son el
brindar confort, una comunicación efectiva, favorecer la esperanza, el optimismo, la espiritualidad y la despedida”
, mencionó.

En su oportunidad, el doctor Adalberto de Hoyos Bermea, coordinador académico del Doctorado en Innovación en Ambientes Locales del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del IPN, señaló que como parte del Estado, los servicios de salud públicos tienen que mantener esa concepción tolerante y abierta de distintas formas de vida; por lo que es justo que las instituciones de salud atiendan de forma adecuada a distintas personas de acuerdo con las necesidades específicas de una cultura, un ejemplo de esto es que en México hay hospitales interculturales donde se ofrece a los pacientes tratamientos de la medicina tradicional.

El experto recalcó que es importante que en los servicios de salud ofrecidos a nivel nacional existan capacidades culturales como lo son la disponibilidad de intérpretes, conocimiento mínimo de las tradiciones médicas de una región, familiaridad con las distintas concepciones de muerte, un diálogo intercultural y tomar en cuenta los valores del paciente, los cuales ayudan cuando hay pacientes con valores e ideas distintas a los de los profesionales.

Janet Aguilar