El hiperrealismo es un movimiento pictórico que surgió a mediados de 1960 y principios de 1970, en donde el artista hace gala de su gran virtuosismo, en el detalle minucioso de la pincelada precisa y concreta, el cual está inspirado por la fotografía. “Con los hiperrealistas hay un retorno de un grupo de artistas interesados en lograr captar la realidad visual”, indicó la maestra Nuria Galland Camacho, coordinadora de Servicios Pedagógicos y Contenidos Académicos del Palacio de la Escuela de Medicina.

En el Curso-taller de Historia del Arte, transmitido por Facebook Live de la Facultad, la experta habló del artista Gerhard Richter que “es uno de los artistas vivos más vastos en cuanto a producción, y más experimental, que tiene obras que podríamos decir que son hiperrealistas”. Como en la pintura Iceberg en la bruma, donde parecería que se trata de una fotografía muy bien lograda, sin embargo, es un óleo de este gran maestro. Otras obras de Richter pertenecientes al hiperrealismo son Betty y Leyendo, donde “podemos ver esta cualidad como si fuese un revelado, como si se tratara de una muy buena fotografía que logra captar el instante, pese a que se trata de un óleo”, mencionó.

Al hablar de la obra Eggs in an Egg Crate de Mary Pratt, una artista canadiense que retoma lo cotidiano, aquello que forma parte del imaginario visual que se recorre día a día, la maestra Galland Camacho explicó que “se ve la precisión con la que logra representar las texturas, las luces y, ya para ese momento, podríamos pensar que se trata más bien de una fotografía, y nuestra mirada se maravilla en el momento que vemos en la ficha técnica que se trata de un óleo”.

Asimismo, Gottfried Helnwein es un pintor austriaco que sigue la línea del hiperrealismo a través de su magnífica técnica basada en el estudio de la fotografía: “Recrea un mundo en donde la infancia gira alrededor, pero una infancia atormentada y marcada por la violencia. La manera en cómo se deslinda de la realidad es situando estas imágenes de gran formato, dando esta característica que rebasan la escala; sus obras son monumentales y evocativas, al igual que melancólicas y perturbadoras en cuanto al momento en que sitúa a la infancia, siempre entre los claros y los oscuros, lo que se puede observar en la obra Murmur of Innocents.”, apuntó la maestra Galland Camacho.

El hiperrealismo también se puede aplicar a la escultura, como lo hace Duane Hanson, quien crea figuras que surgen de la vida cotidiana. Él critica fuertemente a la sociedad norteamericana, pero también le apuesta a visibilizar a la clase obrera, que difícilmente puede ser objeto de una pieza artística. Esto último se puede ver en la escultura Queenie II, que es una mujer entrada en años, que está desempeñando su actividad diaria.

Finalmente, la maestra Galland Camacho habló de otro escultor hiperrealista, Ron Mueck, quien en sus esculturas reproduce fielmente el cuerpo humano, con minuciosos detalles, como puede ser el cabello, canas, arrugas y gestos. “Así que la manera en que él deja de ser real y se convierte en obra de arte es jugando con las escalas, sus obras son o muy pequeñas o descomunalmente grandes. Algunas de sus esculturas son Mask IIUna niñaMujer con ramas y Hombre grande”, mencionó.

Janet Aguilar