Desde el inicio de la pandemia, la Secretaría de Salud estableció el semáforo epidemiológico, en el cual se basan las restricciones que se tienen para la población en cuanto a actividades sociales y laborales como medida para evitar la propagación de COVID-19.
“El semáforo epidemiológico tiene como objetivo facilitar la comprensión sobre en qué condiciones se encuentra una población en cuanto a su riesgo de enfermar de COVID-19, y con esto limitar las acciones de movilidad. Ha sido una de las herramientas generales para contener la epidemia”, explicó el doctor Carlos Alberto Pantoja Meléndez, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Inicialmente, los colores del semáforo representaban dos condiciones específicas: la ocupación de las camas en los hospitales y las tendencias. “Estos criterios se utilizaron porque, de acuerdo con las características de la COVID-19, puede haber personas asintomáticas que no serían detectadas por el sistema y aquellas personas con alguna condición que los llevara a hospitalización iban a representar los datos más objetivos sobre la condición general de la población, y de acuerdo a ello se tomarían restricciones”, señaló el especialista durante su charla transmitida por Facebook Live de la Facultad.
Posteriormente, estos criterios cambiaron y actualmente el semáforo se basa en tres aspectos que representan el impacto que tiene la enfermedad: la transmisión entre personas y propagación territorial, la capacidad de respuesta, y consecuencias de la epidemia sobre la salud y la vida. Además, se estableció en base a otros criterios establecidos en el “Lineamiento para la estimación de riesgos del semáforo por regiones COVID-19” (disponible en https://bit.ly/2JPgkVj).
En ese documento se establecen una serie de indicadores como son: las tasas de incidencia de casos activos por cada 100 mil habitantes, las tasas de mortalidad, los porcentajes de ocupación hospitalaria y de positividad al SARS-CoV-2, las tendencias de camas hospitalarias y de mortalidad, entre otros, y de acuerdo con un puntaje, se asigna uno de los cuatro colores a la localidad y se aplican las medidas de restricción correspondientes.
Uno de los primeros lugares donde se vieron resultados positivos con el semáforo fue en China. “En este país se establecieron medidas para que las personas que estaban en un área de alto riesgo no pasaran a lugares de menor transmisión. A cada persona se le asignaba un código QR de color y mediante apps como WeChat, se les notificaba si estaban cerca de alguna zona de alto riesgo con personas infectadas. De esta manera no sólo se estimaba el nivel de riesgo por lugar, sino por individuo”, explicó el doctor Pantoja Meléndez.
“Este tipo de medidas ayudaron a contener la transmisión del virus y actualmente ya se está implementando en la CDMX un sistema similar en lugares cerrados que son muy concurridos, con el objetivo de identificar los contactos de los casos positivos y frenar las cadenas de contagio”, apuntó.
Axel Torres