Como parte del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer”, la Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) de la Facultad de Medicina de la UNAM -originalmente nombrada Especial de Equidad de Género del Consejo Técnico-, en colaboración con el Programa de Estudios de Género en Salud (PEGeS) del Departamento de Salud Pública (DSP), organizó la “Jornada contra la violencia machista en medicina: diagnósticos y terapéuticas urgentes”, que incluyó cuatro mesas de diálogo, transmitidas por Facebook Live de la Facultad.

En la mesa inaugural “Violencia de género en los servicios de atención del sistema de salud: violencia obstétrica y terapéuticas urgentes”, moderada por la maestra Samantha Flores Rodríguez, integrante del PEGeS, la doctora Clara Bellami Ortiz, académica del DSP, presentó los resultados de su investigación durante su estancia posdoctoral en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), en donde, a partir de la revisión de casos reales, identificó cuatro categorías de análisis sobre la violencia de género: la espera, la cadena de errores, la violencia obstétrica y la exclusión.

“Es primordial entender que no pretendemos criminalizar el actuar médico, tenemos claro que hay una insuficiente cantidad de recursos, carencias y problemas de infraestructura; sin embargo, las quejas presentadas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos no tienen que ver con la infraestructura como el elemento principal, sino con la mezcla de racismo, clasismo y sexismo que se perpetra a través de prácticas de discriminación, de autoritarismo y de exclusión social en la atención médica”, concluyó la doctora Bellami Ortiz.

Por otro lado, la doctora Beatriz Cerda de la O, docente del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental e integrante de la CInIG de la Facultad, habló sobre los requerimientos básicos del personal de salud para atender la violencia de género, y explicó que existe violencia en el ámbito de pareja, comunitario, laboral, escolar, familiar, obstétrico, sexual en la infancia y en mujeres de 60 años o más.

Por ello, es importante entender que entre las obligaciones del personal de salud están identificar y detectar a las personas afectadas por la violencia durante el desarrollo de sus actividades cotidianas en tres espacios: la consulta en servicios ambulatorios u hospitalarios, el trabajo con la comunidad y en otros servicios de salud. “Todos debemos tener un enfoque de perspectiva de género y también de la expresión de la diversidad sexual”, destacó.

Violencia contra las estudiantes de la Facultad de Medicina

La segunda mesa del evento tuvo la participación de mujeres estudiantes de las licenciaturas de Médico Cirujano (LMC), Ciencia Forense (LCF) y Fisioterapia, quienes compartieron su sentir en torno a la violencia de género que han sufrido durante sus carreras. La mesa estuvo moderada por la doctora Mariel Contreras Rodríguez, integrante del PEGeS y docente en el DSP.

“A pesar de que en la LCF recibimos el apoyo, igual los mecanismos que existen no son suficientes, porque sí suspenden al acosador dos semanas, pero al final regresa y sigue siendo un espacio que no es seguro para nosotras y continúa violentando nuestro derecho a la educación”, indicó Ximena Ruiz Segal, estudiante de la LCF.

Por su parte, Jessica Karina Ortiz Ramírez, estudiante de la LMC, dijo que es momento de cambiar la idea de que los acosos y la discriminación son casos aislados, accidentes o que son las mismas mujeres las que los provocan, y afrontar que esto es sistemático, para que se puedan encontrar verdaderas soluciones.

Renata Larissa Rodríguez Labardini, pasante del Servicio Social en Fisioterapia, se pronunció porque las autoridades puedan intervenir más en las carreras que están fuera de la Facultad, pues muchas veces no tienen a quién acercarse para denunciar los actos machistas. Cuando lo hacen, no siempre tienen respuesta expedita, por lo que solicitó sean atendidas las quejas ya interpuestas.

Docencia y violencia en la enseñanza de la medicina

Para discutir cuáles serán los siguientes pasos para cambiar las prácticas y hábitos machistas en la educación médica, se celebró la tercera mesa del evento, moderada por el doctor Jesús Santiago Reza Casahonda, jefe de Sección Académica de Vinculación y Trabajo en Comunidad del DSP.

El doctor Alejandro Carrasco Ruiz, académico del Departamento de Cirugía e integrante de la CInIG de la Facultad, recomendó reconceptualizar la enseñanza médica con una perspectiva de género y, de esta manera, transformar los pensamientos respecto al tema.

“A nivel curricular es necesario que se reconozca esta cuestión, y en el perfil de egreso debemos incluir la perspectiva de género y la equidad de género porque los estudiantes en formación terminan reproduciendo muchas de las relaciones que ellos viven en su camino profesional”, resaltó la licenciada Lizbeth Valdez Orozco, jefa del Departamento de Análisis Curricular de la Secretaría General de la Facultad.

En tanto, la maestra Samantha Flores Rodríguez, integrante del PEGeS y académica del DSP, dijo que esta transformación debe ser paso a paso, en el que haya un cambio de valores culturales y morales.

Violencia machista en el contexto de la pandemia por COVID-19

La última mesa del evento reunió a expertos para hablar de la violencia de género antes y durante la pandemia por la COVID-19. Estuvo moderada por el doctor Ariel Vilchis Reyes, integrante del PEGeS y académico del DSP, y el médico pasante de Servicio Social Héctor Gurrola Luna, integrante de la CInIG.

“La violencia está naturalizada y en estos contextos de pandemia se agudiza y se hace más visible, pero no por eso se tiene una respuesta efectiva. No hay y no existe un trabajo sobre las emociones para manejar la incertidumbre económica, laboral y cotidiana en el encierro por la emergencia sanitaria”, consideró la maestra Serena Chew Plascencia, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Por su parte, el doctor Roberto Garda Salas, director de Hombres por la Equidad, dijo que “la pandemia exacerbó las desigualdades y más en la casa. Y ante una visión salubrista de ‘váyanse a casa’ sin perspectiva de género, hizo que creciera la pandemia de la violencia contra las mujeres, que no es un virus, sino una cultura, un hábito y decisiones de los hombres; sin embargo, para este problema no se habla de una vacuna o solución”.

Al final, ambos participantes concordaron en que ignorar el problema forma parte de la violencia, en forma simbólica, y obedece a la estructura patriarcal, presente en todos los espacios, incluido el de la UNAM. Señalaron que hay que plantear políticas de erradicación de la violencia que se ocupen de los espacios públicos, como los laborales y educativos, tanto como de los domésticos; espacios que, en las formas actuales de la vida social, se mezclan y suman sus violencias de orden patriarcal. Coincidieron en que, pese a ser graves, no se le da suficiente importancia a los problemas de género que ya existían antes y que se exacerbaron con la pandemia.

El evento fue organizado y coordinado por la doctora Nashielly Cortés Hernández, académica del DSP y presidenta de la CInIG de la Facultad.

Eric Ramírez