La nutrición no sólo es la ciencia que ayuda a que una persona sea delgada o baje de peso, sino que estudia los procesos fisiológicos y metabólicos que ocurren en el organismo. Esto contempla una esfera biopsicosocial, es decir, toma en cuenta al individuo como miembro de un todo y ve desde los procesos fisiológicos hasta comprender el sistema alimentario del paciente para lograr un cambio de hábitos.

“¿Por qué es importante el nutriólogo frente a enfermedades como la COVID-19? Porque una nutrición inadecuada en pacientes críticos se asocia con una mayor mortalidad, más tiempo en la unidad de cuidados intensivos y permanencia hospitalaria. Un paciente hospitalizado con desnutrición tiene un costo promedio hasta 6.5 veces más alto en comparación con un paciente hospitalizado que tenga un estado nutricional óptimo”, destacó la licenciada Fernanda Quintero Leyra, Nutrióloga en la Unidad Temporal COVID-19 (UTC-19) en el Centro Citibanamex.

Durante el webinar “Importancia de la alimentación en pacientes con COVID-19”, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la especialista recalcó que, ante la falta de un tratamiento farmacológico definitivo contra el virus SARS-CoV-2, lo más recomendable es que los pacientes tengan un sistema inmune eficiente, pues va a ser la primera defensa natural de su cuerpo.

Por ello, es muy importante tener un estilo de vida saludable, lo que incluye una alimentación correcta y para lograrlo hay que tomar en cuenta que se necesita una dieta complementaria con todos los nutrimentos; equilibrada y con las porciones adecuadas; inocua, es decir, que su consumo habitual no implique riesgos para la salud; ser suficiente al cubrir todas las necesidades de los nutrimentos y lograr un balance entre una buena nutrición y un peso adecuado; ser variada en el tipo de alimentos a ingerir; y adecuada para acoplarse a los gustos y la cultura de cada persona. Asimismo, advirtió que el uso de suplementos alimenticios o multivitamínicos debe ser prescrito por un profesional de la salud en caso de deficiencias.

Por otro lado, explicó que una vez que los pacientes con COVID-19 llegan al hospital, es papel del nutriólogo realizar una evaluación “A, B, C, D”, es decir, se realizará un chequeo general de los antropométricos como talla, peso, composición corporal y circunferencia de cintura y pantorrillas; pruebas bioquímicas; pruebas químicas de antecedentes personales patológicos, signos y síntomas; y medir la dieta de la persona.

En la UTC-19, por ejemplo, el equipo de nutrición trabaja de la mano con el equipo médico, de fisioterapeutas y de enfermería para lograr una atención interdisciplinaria y complementaria. Además, nuestro objetivo es identificar pacientes con riesgo nutricio, o bien, con desnutrición, e implementar de manera temprana la terapia médico-nutricional óptima para atenuar la pérdida de peso intrahospitalaria, el catabolismo proteico y, con ello, disminuir la tasa de infecciones y días de estancia hospitalaria”, indicó la especialista.

Finalmente, resaltó que su trabajo dentro de la UTC-19 va desde realizar un tamizaje nutricional al ingreso del paciente, hacer una evaluación nutricia de la ingesta, una intervención nutricia y, al dar de alta, hacer un plan personalizado que se llevarán a casa.

Eric Ramírez