Hechos y reflexiones desde el Departamento de Anatomía

Dr. Manuel Ángeles Castellanos
Jefe del Departamento

La pandemia generada por el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad COVID-19, nos ha llevado a cambios abruptos en todos los ámbitos de la vida (de la salud, social, económico y educativo).
Nos impuso un aislamiento casi total, recluidos en los domicilios particulares y unidades habitacionales, donde hemos estado conviviendo con el estrés generado por la lluvia de información falsa y también verídica, que lo único que nos ha producido es una gran incertidumbre. Hemos visto desde la “sana distancia” la partida de amigos y seres queridos que desafortunadamente pasaron a formar parte de los miles de fallecidos que ha dejado hasta el momento esta pandemia.

Sin embargo, creemos que en estos momentos es necesaria la solidaridad y la colaboración, particularmente con los más vulnerables. Ser empáticos con aquellos grupos y personas que no tienen garantizada una economía estable ni el acceso a los servicios de salud, información y educación; cosas fundamentales para poder salir adelante en medio de las dificultades.

La Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Facultad de Medicina, nos ha dado la facilidad de cuidarnos, la información, el acompañamiento y, en algunos casos, apoyo en la atención de la salud durante todo este tiempo de “cuarentena”. Sin embargo, cada uno de nosotros, los que conformamos la comunidad de la Facultad de Medicina, hemos vivido y sobrellevado esta situación de manera diferente y particular; a continuación, compartimos las opiniones y experiencias de cuatro profesores del Departamento de Anatomía.

Una pandemia que llegó y se quedó

Médica cirujana Corazón de María Sánchez Martínez
Profesor de Asignatura “A”

A pesar de los avances de la medicina, una nueva enfermedad sacudió al mundo en pleno siglo XXI. En la Ciudad de México, la mañana del 28 de febrero de 2020, hospitalizaron al primer paciente con probable diagnóstico de COVID-19 en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. La “neumonía de etiología desconocida”, notificada por primera vez el 31 de diciembre de 2019 a la OMS, se encontraba más cerca de nosotros y se volvía nuestra realidad. El 9 de enero de 2020 se identificó al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 como agente causal del brote de la ciudad de Wuhan, China. Esta enfermedad llegó a poner en evidencia las deficiencias de un sistema de salud estancado y una población con diferencias sociales, culturales y económicas en donde la salud pasa a segundo término y la palabra “vocación” ha sido profanada a través del tiempo.

El 11 de marzo de 2020, el Director de la OMS declaró a la nueva enfermedad generada por el SARS-CoV-2 como pandemia, al mismo tiempo en nuestro país el Secretario de Salud del gobierno federal reportaba 11 casos confirmados y 49 casos sospechosos. El panorama no era alentador, el caos invadía las redes sociales y el miedo e incertidumbre se hicieron evidentes el 20 de marzo, cuando la UNAM declaró la suspensión de actividades presenciales. La interacción docente-alumno sería a través de una pantalla, la relación médico-paciente se encontraría mediada por un equipo de protección personal, que entre careta y cubrebocas mostraban la mirada de un médico que, temeroso ante la nueva enfermedad, nunca dejaría de brindar sus servicios a la sociedad. En medio del confinamiento, el 3 de abril de 2020 el IMSS presentó su plan de respuesta institucional ante la COVID-19, que consistía en una reconversión hospitalaria que daría oportunidad de atención a la gran población que se proyectaba se infectaría en los próximos meses.

Al 31 de julio de 2020, con más de cuatro meses de confinamiento, México presenta una cifra de 46,688 defunciones, derivada de altos índices de obesidad, diabetes e hipertensión, con hospitales repletos, un personal de salud agotado, una sociedad egoísta que reprime a sus médicos y que sale a la calle sin las medidas de protección, por necesidad o por placer, en donde parte de las muertes provienen del personal de salud que durante años ha trabajado con pocos recursos y arriesgando su vida ante una sociedad rebelde; ese personal de salud que hoy es llamado “Héroe”, pero que también es víctima de un sistema de salud precario en donde el hoy es la realidad, el pasado un recuerdo y el futuro una incertidumbre que detrás de una careta y cubrebocas conserva la esperanza de que seremos mejores seres humanos. Por una vida digna, sin enfermedades, sin contagios, la concientización es necesaria.

Reflexiones de un profesor en pandemia

M. en C. Natalio González Rosales
Profesor de Asignatura “B”

El día que nos informaron que deberíamos desalojar el área de trabajo por la pandemia de COVID-19, me retiré en compañía de otro profesor, nos dirigíamos a una reunión a las oficinas de la AAPAUNAM; a mi salida y al pasar por el auditorio principal de nuestra Facultad, encontré a más de la mitad de los alumnos de uno de mis grupos de Anatomía (primer año) sentados en las bancas con sus tareas en las manos y con deseos de entregarlas, sólo esperaban a sus demás compañeros. Me comentaron que como era el último día para entregar las tareas, y como se había suspendido el examen departamental, no sabían cómo iba a calificar, así que se apresuraron a entregar trabajos, hasta creo que unos los volvieron a imprimir para que contara como otra calificación.

A algunos se les había olvidado entregar tareas, mi control no había sido tan riguroso, deposité mi confianza en los alumnos, incluso a algunos les di la oportunidad de repetir el trabajo para corregir errores y mejorar su calificación; otros me pidieron que por favor estuviera al pendiente porque el trabajo o la tarea me la enviarían por correo, lo que así aconteció. Sin embargo, por la premura y el estrés por la pandemia y sobre todo la futura calificación, algunos trabajos no tenían nombre o no cumplían con las indicaciones, finalmente buscamos alternativas para que mis estudiantes no se vieran afectados en su calificación final, después de todo habíamos terminado el curso y sólo faltaba su calificación del último bloque.

El reto es ahora con la impartición de clases en la modalidad virtual, la cual permite repartir a los 40 alumnos en grupos pequeños; confiamos en que, al tener el contenido programático organizado por semanas, y con el apoyo de las autoridades del Departamento y la misma Facultad podamos llevar a buen término los objetivos de enseñanza-aprendizaje en este año académico.

Trabajo en tiempos de COVID

Dra. en C. Adelina Rojas Granados
Técnico Académico Titular “B” TC

Estos meses me han parecido como estar un minuto bajo el mar y sin saber nadar, con incertidumbre, miedo y angustia, pero con el paso de las semanas he aprendido a vivir un día a la vez y a dar gracias al ver respirar a cada miembro de mi familia. No puedo tener la certeza de que no nos hemos expuesto al virus porque es imposible no salir por víveres, ya que estamos en las partes altas del sur de la Ciudad de México (el Ajusco), en un pueblo donde no existe el “súper en tu casa”, donde el comercio local obliga a la mayoría de la población a salir a diario, aunque no puede dejar de darse gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México por cuidarnos, exponiéndonos lo menos posible al virus para poder continuar con nuestros proyectos académicos a distancia, que tal vez son los que menos se trastocarán gracias al Internet y las nuevas tecnologías de la educación.

No hubiese sido lo mismo hace 10 años. Los recursos digitales han crecido exponencialmente y ahora nos permiten dar clases a distancia, interactuar con el alumno, utilizar atlas anatómicos digitales con cadáveres de prosección, imágenes de TAC y RM enfocadas a la enseñanza de la anatomía y aulas Moodle; todo en beneficio del aprendizaje. No quisiera dejar de mencionar que la UNAM también nos permitió continuar con proyectos familiares.

Esta pandemia también nos ha dejado enseñanzas, me ha permitido notar en mis hijos las deficiencias en sus estudios y sus fortalezas, me he dado cuenta de que mi fuerza se ve reflejada en mi familia, mis hijos, mis padres y mis alumnos; que debo tener una voz tranquila, una palabra de aliento y brindarles una esperanza.

He tenido tiempo para conocer aún más a mis hijos, presenciar su infancia, y agradecer por verlos crecer. La figura del “sereno” todavía existe en estas zonas altas del Ajusco y ahora, además del trabajo, soy “la ayudante de velador”, porque realizo todas mis actividades académicas a partir de las 8:00 pm, ya que rara vez tengo tiempo durante el día, pero esto no es en detrimento de mi persona, al contrario, es un ejemplo de responsabilidad para mis hijos. En estos últimos meses nos hemos preparado con apoyo de la Facultad para enfrentar con seguridad el reto de la enseñanza en línea, creo que tenemos mucho que aprender y, por ende, mucho que crecer; nuestros nuevos alumnos serán testigos de esto y nuestro compromiso deberá ser sembrar en ellos el amor por la vida y la medicina. “Nunca es más oscuro que cuando va a amanecer”.

Conocimiento vs. Calificación. Una visión desde la pandemia

Dra. en C. Margarita Dolores E. Rosas Munive
Profesor de Asignatura “A”

Mi trabajo como profesora de bachillerato, licenciatura y maestría me ha dado experiencias únicas y enriquecedoras. Tratar con alumnos adolescentes y adultos me ha permitido conocer e identificar características de estas etapas de la vida. En ocasiones, la transición muestra cambios radicales que se manifiestan en el salón de clases. Se ha mencionado que las situaciones difíciles sacan lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros, nos ponen a prueba, y es cuando se puede ver el temple; la personalidad se va forjando y nos hace ser las personas que somos en la actualidad.

Puedo destacar tres situaciones difíciles que me ha tocado vivir con mis alumnos: el ataque a las Torres Gemelas; el sismo del 2017, que afectó a nuestra querida Facultad de Medicina; y la pandemia por COVID-19, que ha cambiado nuestras vidas por completo. De forma súbita y por instrucciones superiores, concluyó el curso sin que pudiéramos regresar a las aulas. Así de mortífera ha sido. No queda duda de la gran diferencia en la naturaleza de las tres catástrofes mencionadas. De hecho, apenas vislumbramos el final de la tercera. Tampoco hay duda, a mi parecer, de algo que se ha mantenido constante en gran parte de mis alumnos, sin importar edad, sexo, nacionalidad, nivel académico o institución educativa en la que se encuentren: dar mayor importancia a la calificación que al aprendizaje.

Durante mis años de práctica docente he observado que esa característica se mantiene vigente a pesar de las calamidades. He tratado de fomentar en mis alumnos el amor a aprender, sin embargo, son contados los que están ávidos de aprender de forma “desinteresada”. En cada nuevo curso realizo actividades encaminadas a que se enamoren del conocimiento, frecuentemente les repito la frase “lo importante es aprender, la calificación es una consecuencia de su aprendizaje”.

El aprecio por el conocimiento es abatido por el interés de la calificación. El sistema educativo, las instituciones y los docentes mismos seguimos privilegiando la calificación y me parece que no hemos hecho lo suficiente para enamorar a los estudiantes del conocimiento. Tanto alumnos como profesores tenemos ahora la oportunidad de desarrollar aptitudes en el aprendizaje a distancia. En mi experiencia como alumna, profesora y autora en esta modalidad, siento confianza en que saldremos airosos en esta aventura y, tal vez así, a distancia, logremos inspirar el amor al saber.

La naturaleza nos impulsa a seguir ampliando el conocimiento, la nueva enfermedad causada por el SARS-CoV-2, llamado así por su semejanza con la corona solar, se ha manifestado de formas diversas en el ser humano, abarcando desde los casos asintomáticos hasta la muerte. Sin duda, el coronavirus se rendirá ante los que saben, independientemente de su calificación.

¿Cómo seguir adelante?

Como podemos notar, las formas en las que hemos enfrentado esta situación pandémica por parte de los académicos ha sido muy diferente; sin embargo, en lo que todos coincidimos es en el compromiso de enfrentar el inminente curso en línea de la mejor manera. Luego de la imposibilidad de continuar con la enseñanza presencial, del cierre de las escuelas y universidades en todo el país, nos pone en una situación nunca antes vista y naturalmente genera una gran cantidad de dudas para el futuro educativo, como: ¿Podremos garantizar la igualdad de oportunidades, atender a la diversidad de género como se debe y garantizar que cada estudiante desarrolle al máximo sus potencialidades de aprendizaje?, éstas y otras preguntas han puesto a nuestra Universidad a buscar las oportunidades en la educación digital.

Tenemos que ser optimistas y buscar, dentro de la incertidumbre, una oportunidad de transformación social y educativa, siendo conscientes que cabe la posibilidad de que el curso inicie y finalice sin que nuestros alumnos puedan pisar las aulas.

Reflexiones finales

Finalmente, compartimos algunas reflexiones generales sobre este momento que de alguna manera pasará a ser histórico y merece hacer notar algunas cosas que habíamos olvidado, pero la pandemia ha hecho que volvamos a recordar que existen.

  • Debemos valorar el tiempo para estar con los nuestros, sean hijos, hermanos, familiares o amigos, aunque en algunas ocasiones a la distancia, protegiendo de distintas maneras el núcleo familiar.
  • No deberíamos anteponer el color, raza, condición económica o estatus social para entender que somos igualmente vulnerables ante cualquier situación.
  • Ni la más desarrollada tecnología, la más grande riqueza o la nación más poderosa del mundo pudo hacerle frente a una pandemia.
  • Pasamos el tiempo pensando en problemas, sueños, metas y trabajo, olvidando vivir con plenitud, sin dejar de lado que el futuro aún es incierto.
  • Agradecemos la oportunidad de expresar nuestro punto de vista sobre la situación pandémica que estamos viviendo como universitarios.

Referencias generales

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  • Giroux, H., Rivera-Vargas, P., & Passeron, E. Pedagogía Pandémica. Reproducción Funcional o Educación Antihegemónica. Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, (2020). 9(3). 1-7.
  • UNESCO. Impacto del Covid-19 en la educación. https://es.unesco.org/covid19/educationresponse (2020).
  • Tarabini, A. ¿Para qué sirve la escuela? Reflexiones sociológicas en tiempos de pandemia global. RASE. Revista de Sociología de la Educación, (2020). 13(2), 145-155.
  • Williamson, B., Eynon, R. & Potter, P. Pandemic politics, pedagogies and practices: digital technologies and distance education during the coronavirus emergency, Learning, Media and Technology, (2020) 45(2), 107-114.
  • Taleb, N. El Cisne Negro: El impacto de lo altamente improbable. Barcelona: Paidós, (2012).
  • De Sousa Santos, B. La cruel pedagogía del virus. Buenos Aires: CLACSO, (2020).
  • La Jornada en Internet: Viernes 27 de febrero de 2020 (2020). Recuperado el 31 de julio de 2020, de https://www.jornada.com.mx/2020/02/28/
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  • World Health Organization (WHO). Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020. Discursos del Director General de la OMS, 1. Recuperado de https://www.who.int/es/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19—11-march-2020.
  • Informe técnico COVID-19 11 marzo 2020 – Presidente de México. (s/f). Recuperado el 31 de julio de 2020, de https://presidente.gob.mx/informe-
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  • IMSS. (2020, abril 3). Presenta IMSS Plan de Preparación y Respuesta Institucional.
  • COVID-19 | Sitio Web “Acercando el IMSS al Ciudadano”. Recuperado el 31 de julio de 2020, de http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/202004/171
  • Johns Hopkins Coronavirus Resource Center. (2020). COVID-19 Map – Johns Hopkins Coronavirus Resource Center. Recuperado el 31 de julio de 2020, de https://coronavirus.jhu.edu/map.html.