La demencia, también conocida como trastorno neurocognitivo mayor, es definida como un proceso degenerativo del sistema nervioso central que afecta las funciones mentales; es progresiva, irreversible e incurable. Actualmente, hay 44.4 millones de pacientes con demencia en el mundo y se calcula que para el 2050 habrá 135 millones de pacientes. Las demencias son muy variables en su duración, la cual dependerá del tipo que sea, la afectación del sistema nervioso y sobre todo las comorbilidades que se tengan, pero se calcula que la sobrevida después del diagnóstico es entre cuatro y ocho años.

“Las enfermedades nombradas como demencia son las demencias fronto temporal, de Parkinson, por epilepsia, por cuerpos de Lewy y de Alzheimer, la cual es la más frecuente. También hay otras circunstancias que pueden condicionar el deterioro cognitivo o que lo pueden aumentar, como ciertas enfermedades infecciosas, algunos tumores, la depresión o un trauma craneoencefálico, que pueden ser condiciones súbitas de un deterioro cognitivo en personas jóvenes. Así que la demencia no necesariamente es una enfermedad de viejos”, señaló el doctor Francisco Javier Mesa Ríos, Profesor de pregrado y posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante el Seminario Permanente de Cuidados Paliativos y Humanidades Médicas, transmitido por Facebook Live de la Facultad y moderado por el doctor David Fajardo Chica, miembro del Seminario, el experto explicó que el momento ideal para dar cuidados paliativos a los pacientes con demencia es en todo el proceso de la enfermedad.

En su oportunidad, la doctora Asunción Álvarez del Río, Profesora e Investigadora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, habló acerca de las voluntades anticipadas. Indicó que cuando una persona sabe que padece la enfermedad en una etapa temprana, esto le permite tomar decisiones acerca del futuro. Asimismo, hay personas que quieren tener el control si llegan a enfermar, y una forma de ello es la voluntad anticipada (VA).

“La VA es un documento mediante el cual una persona competente establece qué tratamientos querría y rechazaría en caso de encontrarse en una situación en que no pueda expresar sus deseos y otros deban decidir por ella. Sirve para dejar establecido qué tratamientos o procedimientos rechazaría en un contexto de final de la vida y tener el control para no prolongarla en una situación en que no querría vivir”, indicó.

Al hablar sobre algunas consideraciones del uso de la VA en los pacientes con demencia, la especialista puntualizó que es necesario que los médicos informen verazmente el diagnóstico al paciente para que pueda tomar decisiones sobre el mismo; al conocer el diagnóstico es importante elegir sobre el futuro y realizar una VA; algunas personas temen que su VA no sea respetada, por lo que hay que garantizar que lo que una persona establece se cumpla, y se ha visto que añadir un video a la VA escrita ayuda a entenderla y respetarla.

Janet Aguilar