Las enfermedades asociadas al consumo de tabaco matan a una persona cada cuatro segundos; la Organización Mundial de la Salud informó que en el 2019 había aproximadamente mil 100 millones de consumidores de esta planta en el mundo, así como 9.2 millones de muertos cada año por contacto directo e indirecto con el humo de tabaco. Tan sólo en México fallecen 173 personas al día a causa de distintas enfermedades propiciadas por el tabaquismo.

Actualmente, hay diferentes formas de consumir tabaco a través de dispositivos que resultan llamativos principalmente entre los jóvenes, tal es el caso de los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) y los sistemas similares sin nicotina (SSSN), que liberan aerosoles mediante el calentamiento de una solución que contiene nicotina y aromatizantes, entre otras sustancias; el prototipo más común de estos sistemas es el cigarrillo electrónico.

Por otro lado, existen los sistemas alternativos para el consumo de nicotina (SACN) que contienen tabaco compactado y pueden calentarlo hasta 350 grados centígrados para vaporizarlo, ejemplo de estos dispositivos son los cigarrillos híbridos y los Juul®: “Uno de los aspectos más importantes en estos productos es la concentración de nicotina; mientras que un cigarrillo tiene un miligramo disponible, los líquidos para cigarrillos electrónicos pueden tener 12 miligramos y, en el caso de los Juul®, hasta 60 miligramos por mililitro”, advirtió la doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, Jefa de Enseñanza del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

La académica explicó que el calentamiento de los e-líquidos utilizados en estos dispositivos genera aerosoles que contienen diferentes tóxicos, compuestos volátiles, carcinógenos y metales pesados que tienen efectos negativos en aparato respiratorio, aparato reproductor, cavidad oral y sistema cardiovascular, entre otros sistemas y aparatos; también pueden causar EVALI, un nuevo tipo de neumonía asociada al uso de cigarrillos electrónicos y vapeo. De igual forma, existe riesgo de daño en falanges y cavidad oral por la explosión de las pilas de alto voltaje que manejan estos dispositivos.

En el Seminario Permanente de Salud Pública, transmitido por Facebook Live de la Facultad, la experta destacó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones de 2017, en México 4 millones de adultos y cerca de un millón de adolescentes han utilizado estos dispositivos que constituyen un nuevo problema de salud pública.

Por otra parte, resaltó que la industria tabacalera utiliza la desinformación que hay sobre estos productos para ofrecerlos a la población joven, con este fin emplea las redes sociales para promocionarlos y venderlos sin restricciones, valiéndose de influencers, modelos, concursos y publicidad engañosa, infringiendo así diferentes normativas como la Ley General para el Control del Tabaco.

“La lucha en el control de tabaco requiere una respuesta integral, multisectorial, con base en evidencia científica independiente y libre de conflictos de la industria, sólo así podremos tomar decisiones que impacten de manera positiva en la salud de la población”, concluyó.

Ricardo Ambrosio