El cerebro es la parte culminante de la evolución de la naturaleza. El neurobiólogo Antonio Damasio mencionó en alguna ocasión que el cerebro creó al hombre. Lo que diferencia al ser humano de los animales es esta parte central del sistema nervioso y particularmente el lóbulo frontal, el cual se encarga del pensamiento y la razón.
La actividad cerebral se debe a la función de las neuronas y las conexiones sinápticas que hay entre ellas; estas conexiones numerosas definen características como la inteligencia, la personalidad, el carácter o diferentes talentos. El estudio de esta conectividad permite conocer la fisiología y las patologías que se presentan en el sistema nervioso central.
Durante el desarrollo prenatal del cerebro las neuronas proliferan, se diferencian, migran hacia diversas áreas relacionadas con su función y establecen conexiones. En esta etapa también se establecen características propias del cerebro masculino y femenino gracias a influencias hormonales y genéticas, que también intervienen en la identidad de género y en la orientación sexual.
En esta etapa se suscitan trastornos del neurodesarrollo como el autismo y el espectro autista que se relacionan con una conectividad deficiente; esta condición requiere psicoterapia temprana: “El cerebro del niño tiene mucha neuroplasticidad, recibe todos los estímulos y los maneja, eso modifica sus conexiones neuronales, entre más temprano se dé tratamiento, hay más probabilidad de que las conexiones se establezcan de manera correcta y haya menos alteraciones conductuales”, explicó la doctora Herminia Pasantes Ordóñez, Investigadora Emérita del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
En la conferencia magistral moderada por el doctor David García Díaz, Coordinador de la Licenciatura en Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UNAM, la especialista explicó que el cerebro adolescente tarda en madurar; es después de los 21 años cuando se termina de desarrollar el lóbulo frontal, encargado de la percepción de riesgos, control de impulsos y la toma de decisiones; por este motivo los adolescentes enfrentan conductas de riesgo como el consumo de drogas.
En la edad adulta el cerebro alcanza la madurez, pero debido al constante manejo de emociones puede presentarse estrés, ansiedad o depresión, que afectan la salud y la calidad de vida.
En la 6ª Feria del Libro de Ciencias de la Salud 2021, la especialista explicó que en la vejez se pierden conexiones neuronales debido al deterioro axonal, desmielinización, reducción del número de espinas dendríticas, defectos en la neurotransmisión y pérdida de la neuroplasticidad. Estos procesos afectan sobre todo a la corteza prefrontal y el hipocampo y se relacionan con el deterioro de la memoria a corto plazo, dificultad para resolver problemas, lenguaje menos fluido y menor capacidad de concentración. En esta edad, la forma de combatir el deterioro neuronal consiste en tener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio, mantener la interacción social y realizar actividades nuevas como aprender algún idioma.
Ricardo Ambrosio