La pandemia por COVID-19 cambió la forma de trabajar, generó una crisis sin precedentes en todos los ámbitos, cese masivo de actividades presenciales en instituciones educativas de más de 190 países y efectos negativos en los sectores sociales, particularmente en la salud y la educación.

De acuerdo con informes emitidos por CEPAL-UNESCO, no es posible determinar el impacto que tendrá la crisis en la implementación curricular en todos los grados de enseñanza, sin embargo, se prevén marcadas diferencias en el grado de aprendizaje debido a las desigualdades educativas y de cobertura curricular de cada región.

La doctora Mónica Cureño Díaz, Directora de Investigación y Enseñanza del Hospital Juárez de México, destacó que diversos países, entre ellos México, han abordado la problemática que hay en torno a la educación médica durante la pandemia haciendo publicaciones donde se discuten puntos como realizar cambios curriculares y de evaluación, e implementar el uso de plataformas y tecnologías de la información.

En el Seminario Permanente de Salud Pública, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la doctora Cureño Díaz explicó que ante una emergencia todo el equipo de salud debe estar listo para actuar y organizarse por niveles; los estudiantes de Medicina, al formar parte de ese equipo, deben participar contando siempre con capacitación y supervisión que les permita intervenir desde sus conocimientos.

Los alumnos de cursos preclínicos pueden contribuir distribuyendo información verídica y con base científica, formar bases de datos, crear equipos de apoyo para mitigar el impacto emocional, participar en campañas de recolección de equipo de protección personal y en call centers. Los estudiantes de ciclos clínicos pueden dar seguimiento a distancia de pacientes ambulatorios y egresados, desarrollar conocimientos de vigilancia y emergencias respiratorias, entre otras actividades.

Destacó que de acuerdo con una revisión sistemática de diferentes artículos, las formas de aprendizaje tienen puntos a favor y en contra: la educación tradicional permite la exposición real con pacientes y práctica deliberada, pero tiene como desventaja ser siempre presencial; la educación en línea sincrónica ofrece un ambiente seguro y confortable, pero limita la interacción y requiere infraestructura; la educación en línea asincrónica promueve el aprendizaje autorregulado, aunque limita la interacción y la retroalimentación inmediata.

La académica señaló que las desigualdades y el rezago prepandemia que ya existía en el aprendizaje virtual son elementos no favorecedores y para mejorar la educación es necesario combatirlos: “Tenemos todos que aprender a gestionar las adversidades, de los malos momentos obtener siempre lo mejor y estar conscientes de que la situación mejorará, pero no será como la que se vivía antes de la pandemia”, concluyó.

Ricardo Ambrosio

«Actualmente, la enseñanza de la Medicina es una cuestión de corresponsabilidad, en la que deben trabajar tanto estudiantes como docentes». Dra. Mónica Cureño Díaz