Un modelo es una representación funcional de una característica del mundo, describe qué es algo en proporción de algunos de sus aspectos medibles para dar información sobre cómo funciona. En ese sentido, refleja nuestro grado de comprensión de los fenómenos que describe, de forma que existe un vaivén entre la realidad y lo que creemos comprender de ella.
La pandemia ha estado intrínsecamente ligada a propiedades sociales; el modelo de redes más simple y utilizado para sistemas sociales es uno que presenta el patrón de conexiones (bordes) entre unidades del sistema (nodos) que pueden ser países, ciudades o individuos y pueden tener una ponderación diferente debido a características como comorbilidades o edad avanzada que los hacen susceptibles a las formas graves de la COVID-19. Los nodos pueden relacionarse entre ellos de diferentes formas para formar redes y estas conexiones pueden cambiar en el tiempo.
“En el ámbito epidemiológico, el crecimiento de la red se refiere a la propagación de la pandemia en el mapa del mundo; los mecanismos de conexión se refieren a las maneras concretas en que se transmite, como las gotas de saliva”, explicó el doctor Alexandre S.F. de Pomposo García-Cohen, Jefe del Departamento de Investigación de la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social de la Facultad de Medicina de la UNAM.
En la sexta sesión del Ciclo de Charlas SACO, transmitida por Facebook Live, el doctor de Pomposo señaló que los modelos de todos los tipos, en este caso el epidemiológico, deben cumplir la triple tarea de describir, explicar y predecir el proceso estudiado, y su validez y efectividad dependen de que la cumplan.
Explicó que independientemente de las causas que originaron la pandemia, ésta podría considerarse un accidente natural, pues satisface varias condiciones, a saber, que dos o más fallas que se presenten juntas de forma inesperada, que éstas produzcan cascadas de efectos con mayor rapidez en sistemas muy acoplados y que los sistemas con más accidentes naturales sean potencialmente catastróficos.
Por otra parte, subrayó que para que la pandemia tenga una distribución exponencial de caída rápida y se aleje de estados críticos, han sido importantes las medidas sanitarias como el uso de cubrebocas y la vacunación, y también funcionarían los tratamientos farmacológicos que se están investigando.
El especialista expuso que los modelos empleados en las ciencias suelen correlacionar dos o más sistemas, total o casi totalmente distintos, permitiendo interpolar y extrapolar comportamientos conducentes a la comprensión de las causas subyacentes, además de que cualquier modelo epidemiológico que pretenda explicar la pandemia por COVID-19, deberá tener en cuenta las culturas y las costumbres humanas.
De igual forma, comentó que los esfuerzos invertidos en la elaboración de modelos durante la pandemia, han puesto en evidencia el carácter lineal de la forma de pensar del ser humano y la necesidad de cambiar la lógica en cuanto a la distribución de recursos económicos a nivel mundial para que sea más equitativa.
Ricardo Ambrosio