Para muchos trabajadores el desarrollarse en un espacio laboral no sólo tiene que ver con las relaciones humanas, sino también interviene la interacción física que cada trabajador tiene con el ambiente laboral, tales como la exposición a ciertas materias primas, equipos y maquinaria, así como a diversos factores de riesgo, como es el ruido. Por ello, es importante considerar que hay ocasiones en que estas interacciones pueden tener efectos negativos para la salud.

En la sesión 205 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, el doctor Rodolfo Nava Hernández, coordinador de esta actividad académica, se refirió a la importancia de evaluar los factores de riesgo e implementar acciones en las empresas para garantizar a sus trabajadores un ambiente digno y saludable que implique el menor daño posible.

Durante la conferencia “Implementación del programa de conservación de la audición en una empresa”, el ingeniero químico e higienista industrial Rodolfo Arias Díaz explicó las definiciones, magnitudes y unidades utilizadas para la evaluación del ruido dentro de una empresa. Comentó que con ellas se puede determinar el nivel de exposición a la que los trabajadores están sometidos durante su jornada laboral.

Por su parte, el ingeniero e higienista industrial Genaro Escobar Márquez mencionó que es importante analizar el comportamiento de la exposición al ruido que tiene cada trabajador. Explicó que la primera fase es reconocer cuáles puestos tienen los más altos valores de exposición al ruido.

Sin embargo, agregó que “la pérdida de la audición no sólo se genera al laborar con exposición al ruido; también puede ser congénita, infecciosa, artística, deportiva, por la edad e incluso por exposición a ciertos factores de riesgo químico», razones por las que se requiere de una evaluación más amplia que incluya la historia clínica y laboral de los trabajadores.

Mencionó que un sistema de evaluación personal a ruido registra el porcentaje de pérdida de la audición por cada individuo. Estos datos no tienen que rebasar el 10 por ciento, y pueden determinar la incapacidad que corresponde a cada trabajador; además, ayudan a evaluar las condiciones de trabajo que la empresa ofrece: “Si se implementa un Programa de Conservación de la Audición, se pueden obtener cifras precisas que permitan tomar decisiones en cuanto a las medidas de prevención para cada departamento de la empresa».

Del mismo modo, el ingeniero Arias Díaz reconoció que existen casos en los que un puesto de trabajo implica una exposición a otros factores de riesgo, como son los químicos, ergonómicos y psicosociales. Asimismo, comentó sobre la delimitación de zonas seguras, donde los trabajadores pueden transitar sin problema, así como medidas de demarcación de zonas de riesgo. “Algunas empresas han realizado medidas con mucho éxito, sin embargo, considero que aún faltan algunas de aplicación directa en las fuentes de generación del ruido, para evitar la disminución o pérdida de la audición», consideró.

Finalmente, comentó que estas acciones funcionan más cuando los trabajadores se apropian de ellas y participan en el uso de instrumentos, medidas y equipos de protección: “Las hipoacusias laborales han estado a la alza, por lo que deberían de considerarse como una de las principales enfermedades de trabajo», concluyó.

Jesús Alfredo Sosa