“Caminando por Ciudad Universitaria escuché el zapateo y me llamó tanto la atención que fui a verlos para preguntar cómo podía unirme”, recordó Daniela Michell Miranda Tabares, alumna del 1er año de la Licenciatura de Médico Cirujano, sobre su primer acercamiento a la Compañía Universitaria de Folklor Mexicano de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Daniela se unió a la Compañía en octubre del año pasado, tras la muerte de algunos de sus seres queridos, lo que le ayudó a llevar el duelo, conocer gente nueva y, en general, encontró su “lugar seguro entre zapateo y faldas, horas de ensayos y los amigos más magníficos que me apoyan cuando no me sale un paso, cuando me va mal en un examen o cuando pasa cualquier cosa”, aseguró.
El hecho de haber ingresado a la carrera trajo consigo un desequilibrio en sus horarios y la forma en que estaba acostumbrada a aprender, pero la Compañía le ha ayudado a despejar su mente y poder organizar mejor sus tiempos: “Me ha ayudado a tener mejor retención de información y mayor estabilidad emocional. Me siento mejor en todos los aspectos desde que entré a bailar con ellos”, expresó.
Lo que más disfruta es el ambiente que se genera entre los alumnos y los profesores: “Por ejemplo, los profesores Sergio González Nila y Fernando Chávez Esqueda siempre se encargan de hacernos sentir parte y que todos puedan participar en las coreografías, me hacen sentir como en casa”.
En los nueve meses que lleva practicando con ellos, ha podido participar en tres presentaciones: en Plaza Loreto, para el público en general; en el Palacio de la Escuela de Medicina, durante la Noche de Museos; y en el Concierto del Día de la Maestra y del Maestro celebrado en el auditorio “Dr. Raoul Fournier Villada” de la Facultad de Medicina.
“Son varias coreografías y muchas se te olvidan, por eso aparte de los ensayos generales procuro practicar en mi casa al menos una hora diaria, así mejoro la técnica y no olvido los pasos. Primero trato de terminar las actividades de la escuela y después me doy un pequeño espacio para bailar”, comentó.
A Daniela el solo hecho de estar en la Facultad de Medicina ya la hace sentirse orgullosa, pero además participar en una actividad que representa a la Universidad con su arte le hace voltear al pasado: “Veo a la Dany chiquita y me dan ganas de abrazarla y decirle que lo estamos logrando”.
Para ella, “Medicina también es arte, hay una armonía en nuestro cuerpo, tanto en lo químico como en la fisiología, la anatomía y la histología, y es similar cuando bailamos, tiene que haber armonía en el zapateo, en las faldas, en la música, es como un reloj de engranajes, tiene que funcionar todo junto”.
Luz Aguirre