Mi nombre es Daniela Sánchez Ángeles. Mi decisión para estudiar Medicina la tomé desde pequeña, ya que veía a mi mamá Rosa María Ángeles desarrollarse en su profesión como enfermera y eso fue una fuente de inspiración para elegir este camino, pues despertó en mi mucha admiración el área de la salud y el cuidado de otros; además, es una carrera muy innovadora, nunca va a caer en lo cotidiano porque es cambiante, dinámica y eso me gustó porque nunca dejará de sorprenderme.

Tras titularme como médica cirujana, revisé la oferta de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM e ingresé a la especialidad en Otorrinolaringología y, posteriormente, hice la subespecialidad en Otorrinolaringología Pediátrica. Mis pacientes son los que me inspiran a desarrollarme día a día en mi profesión, y su agradecimiento es mi mayor motivación; en el ámbito personal, el mejorar y avanzar es otro gran impulso para mí, pues me apasiona ser resolutiva con lo que hago, así como ayudar a las personas a solucionar sus problemas de salud.

Lo que más disfruto de la Otorrinolaringología es que combina muy bien el desarrollo de la clínica con el área quirúrgica, además de que es una especialidad que está muy involucrada con los órganos de los sentidos. Por ejemplo, la audición nos permite interactuar con nuestro entorno y comunicarnos con los que nos rodean, el sistema vestibular nos permite conservar el equilibrio, el olfato nos evoca recuerdos, entre muchas otras cuestiones; además, es una especialidad que compagina muy bien con otras más y eso la hace muy versátil.

Como ser humano, la Facultad me ha inculcado los valores indispensables para ejercer la Medicina, el estar en contacto con las personas me ayudó a entender su vulnerabilidad y me he vuelto empática con los otros, comprendí que hay que dar siempre un trato digno a los pacientes; en cuanto a mi formación académica, aprendí que la información es muy cambiante y en el contexto general de la Medicina, el principal reto es que tenemos que estar siempre actualizados, ya que lo que se estudia un día, cambia para el siguiente y, sin duda, las especialidades exigen estar en constante aprendizaje y hacer una revisión continua.

El mayor logro que he hecho es el progresar, me considero afortunada de tener acceso a la educación superior como resultado de los esfuerzos personales y también de mi familia; me he demostrado a mí misma que sí puedo lograr lo que me proponga, siempre y cuando tenga constancia y preparación, gracias a eso pude acceder a la especialidad y en su momento lograr la subespecialidad.

El hecho de que existan más mujeres incursionando en el ámbito médico es un progreso que ya merecía existir, pues ya no tenemos las mismas ideas que hace 50 años; además, que las mujeres estemos cada vez más presentes en diferentes profesiones, en el ámbito académico y laboral, nos demuestra que estamos progresando como sociedad y a nivel colectivo.

Actualmente, estoy a punto de culminar la subespecialidad, y espero que en los próximos meses me pueda incorporar a un hospital de tercer nivel para seguir adquiriendo experiencia de la subespecialidad, desarrollar mi práctica privada, y no descarto la posibilidad de realizar una maestría, pues me apasiona la educación, la cual es el medio para seguir progresando y avanzando día a día.