“Soy una persona muy curiosa y dedicada, tanto en mi carrera como en la pintura. Me gustan mucho los gatos y una de las cosas que más disfruto es convivir con mi familia”, así se describe Ariadne, estudiante de segundo año de la Licenciatura de Médico Cirujano, amante de la acuarela y quien también pinta tazas a mano.
Con gran entusiasmo por compartir lo que hace, recordó que el arte siempre estuvo presente en su niñez y que la pintura ha sido el recurso mediante el cual aprendió a demostrar su afecto: “Regularmente busco plasmar lo que me transmite esa persona, paisaje o animal. Tiene mucho que ver con lo que siento porque cuando mi fuente de inspiración es una persona, lo hago con la intención de representarla y que le guste el resultado”.
Esta actividad le genera tranquilidad y le permite expresarse libremente; lo que más le gusta es la amplia variedad de colores que puede crear y las sensaciones que puede despertar de acuerdo a la gama que elija. Se encuentra abierta a descubrir nuevas alternativas y a experimentar; por ello, recientemente realizó un proyecto de reciclaje para hacer su propio papel.
Durante la pandemia comenzó a practicar la pintura en cerámica, una técnica que la conecta directamente con sus raíces: “Mi familia es de Guanajuato, entonces crecí viendo piezas completamente pintadas y barnizadas, pero también estuve en la sección en blanco y se me presentó como una oportunidad creativa”
“Un día pensé en lo mucho que le gustan los colibríes y el café a mi abuelita, y se me ocurrió pintarle una taza. Se la mostré a un amigo y me pidió que le hiciera una”, recordó. Al ver que más personas se interesaban por tener una de sus creaciones, inició su emprendimiento en Instagram (@tazas_que.apapachan).
Actualmente, se encuentra trabajando en un proyecto de acuarela y continúa haciendo tazas, pero de manera más espaciada debido al tiempo que exige su carrera. Sin embargo, aseguró que no piensa dejar de lado su pasión por la pintura.
Isabel García