Historias de Éxito #MujeresFacMed

Mi nombre es Edith Tonalli Adame Avilés. Elegí estudiar Medicina porque creo que es un campo de conocimientos muy amplio, involucra las ciencias sociales, básicas y clínicas, y en lo personal quise explorar todas estas áreas, lo cual fue posible gracias a que mi carrera es muy noble, porque independientemente del área a la que una se derive, la labor sigue siendo humanista y siempre genera un impacto positivo.

Ingresar a la UNAM ha sido mi mayor logro, pues es la institución más importante del país, es un espacio muy diverso en el que se produce conocimiento de altísima calidad y al mismo tiempo tiene perspectiva social y humanista. A partir de este éxito han llegado más cosas buenas a mi vida como entrar a la Facultad de Medicina, al Plan de Estudios Combinados en Medicina (PECEM) y al cuerpo docente del Departamento de Salud Pública de la Facultad.

El PECEM me ayudó a tener perspectiva, he aprendido la importancia de la investigación en la Medicina, son dos ramas que van de la mano y una tiene impactos a gran escala sobre la otra; también, aprendí sobre compañerismo porque he convivido con mi generación desde el segundo hasta el cuarto año de la carrera y eso nos ha dado un sentido de unión y amistad muy especial.

He participado en proyectos de investigación básica, clínica y sociomédica. En el campo de la Medicina social, trabajé en un proyecto en El Colegio de la Frontera Norte en Tijuana, junto a la doctora Ietza Bojorquez, donde estudiamos el acceso a los servicios de salud de las personas en situación de movilidad. Participé en proyectos de investigación clínica durante la pandemia y, al final, comencé a participar en estancias de investigación básica; actualmente, formo parte de la Unidad de Fisiología Molecular (UFM) del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, donde soy estudiante de la doctora María Chávez Canales y el doctor Gerardo Gamba Ayala. En el laboratorio estudiamos la fisiología renal, un tema bastante apasionante y del que falta mucho por entender.

Considero que no hay una sola mujer en la vida que no me motive a seguir creciendo, todas tenemos una historia. Sin embargo, mis amigas, las mujeres de mi familia y las académicas con las que convivo son una gran inspiración.

Lo que más me enorgullece de hacer investigación es que siempre estoy aprendiendo porque no es algo estático, nos nutrimos de conocimiento. A diferencia de años atrás, cada vez hay más mujeres referentes en el mundo científico y todas son brillantes e inspiradoras, por ejemplo, en la UFM la mayoría de las integrantes somos mujeres, esto demuestra que sí hay un espacio para nosotras en la ciencia.

Las niñas y las mujeres vamos ocupando más espacios en todos los ámbitos de la vida cotidiana, pero el mundo científico sigue siendo un área de oportunidad en la cual podemos intervenir con una visión más fresca, analítica, curiosa y distinta de las cosas, por ende, nuestro reto como sociedad es demostrar a las nuevas generaciones que esta disciplina es para todas y todos.

Actualmente, estoy por entrar al Internado Médico y, después, mi mayor meta es hacer el doctorado; me apasiona la investigación y el estar en el laboratorio, y espero que mi trabajo contribuya al entendimiento de la fisiología renal y me permita continuar desarrollándome como una científica con pensamiento crítico.