La película Close muestra la historia de Léo y Rémi, dos chicos de 13 años que son mejores amigos inseparables, tan unidos como hermanos. Sin embargo, al comenzar un nuevo curso escolar, las presiones de la adolescencia ponen a prueba sus lazos con consecuencias inesperadas y trascendentes.

En la edición número 25 del Cinedebate con perspectiva de género, organizado por el Programa de Estudios de Género en Salud (PEGeS) del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, la maestra Simona Mosco Aquino, estudiante del Doctorado en Biología Experimental en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, comentó que existe un gran estigma sobre las relaciones interpersonales entre hombres, pues durante mucho tiempo el sistema ha modulado la forma en la que la sociedad se debe de comportar y la manera en la que pueden crear lazos.

Asimismo, hizo referencia a una escena en la que Léo se recarga sobre el hombro de Rémi, acción por la cual sus compañeros de clases comienzan a murmurar sobre si su relación va más allá de la amistad por tener ese tipo de demostraciones de afecto que no son comunes entre los hombres, e indicó que eso se puede traducir como micro violencia porque limita las emociones personales con tal de pertenecer a un sistema que ha determinado un rol masculino de no demostrar sus sentimientos: “Desde ese momento Léo comienza a ser más brusco y obedece las ideas patriarcales que marcan que no es propio que los hombres adquieran expresiones del otro género”.

Además, señaló que es interesante cómo las personas interpretan el lenguaje corporal, porque “las relaciones no solamente son sexo afectivas, también en las amistades hay complicidad y un cuidado que puede llegar a confundir, lo que nos lleva a cuestionar el por qué interpretamos a la gente en vez de preguntarles sobre su relación o incluso lo básico de cómo se sienten o qué tal estuvo su día”.

“Es interesante el cómo traducimos ciertas cosas, pero nos estamos globalizando y eso nos va a permitir abrirnos
más, a adaptarnos a todas estas nuevas formas del lenguaje que anteriormente sólo se limitaban a la verbal y corporal, pero ahora ya hay un sinfín de maneras para comunicarnos”, externó la maestra Mosco Aquino en la actividad moderada por la doctora Samantha Flores Rodríguez, responsable del Programa Institucional de Ética e Igualdad de Género de la Facultad de Medicina.

Por otro lado, la ponente hizo hincapié en que las familias deben de tener la apertura de hablar con los niños para conocer sus sentimientos y las situaciones por las que están pasando, como en el caso de Léo y Rémi que sufrieron de bullying, razón por la que Rémi terminó quitándose la vida; además, mencionó que las escuelas deben generar actividades que permitan tener una escucha activa sobre los sentimientos por parte de los estudiantes.

Finalmente, la maestra Mosco Aquino concluyó que es importante cuidar y fomentar nuestros lugares seguros, así como dar visibilidad a la salud emocional.

Por Karen Hernández