HISTORIAS DE ÉXITO #MujeresFacMed
Mi nombre es Mariana Chávez Aguilar. Mi decisión por estudiar Medicina surgió porque buscaba una profesión en donde estuviera en constante movimiento; además, me gusta interactuar con la gente y enfrentar diversos desafíos, y me atrajo la idea de ser la persona a la que acuden en busca de ayuda en momentos críticos.
Lo que más me gusta de mi profesión es que la Medicina es muy resolutiva, es decir, podemos actuar y no sólo ser espectadores, pues tenemos los conocimientos necesarios para tomar acción; en segundo lugar, me encanta la oportunidad de hacer que los pacientes se sientan mejor, ya sea a través de la atención médica directa o simplemente brindando apoyo emocional.
Actualmente, estoy realizando mi Internado Médico en el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. Mi elección se basó en que es uno de los mejores hospitales de México; ofrece un equilibrio perfecto en términos de casos, pacientes y horarios de trabajo, lo que permite una formación integral; y el ambiente es amigable para los internos, generando un lugar muy propicio para aprender.
En el Hospital he vivido experiencias que han dejado una marca en mí. Una fue cuando escuché a médicos especialistas y residentes de alto grado reconocer mis habilidades y esfuerzos, lo que me hizo sentir que mi trabajo estaba siendo valorado; pero lo que más me marcó fue una ocasión en la que la familiar de un paciente me informó que se retiraría del cuarto por un breve momento, por lo que le aseguré que cuidaría al paciente en su ausencia, gesto que me agradeció mucho con un abrazo sincero e incluso me dio su bendición, lo cual me conmovió y motivó.
Ser mujer en el campo médico es un desafío. A pesar de que realizamos el mismo trabajo que los hombres, pasamos las mismas horas en el hospital y hacemos un esfuerzo similar, a menudo las médicas no obtenemos el mismo reconocimiento, incluso me he dado cuenta que a mis compañeros varones, que son igual o más jóvenes que yo, se les llama “doctores”, mientras que a mí me han llamado “señorita” incontables veces. Esta disparidad puede ser desalentadora, ya que intentar corregir esta situación resulta en críticas.
Por esta razón, considero que la igualdad de género en la Medicina implica el reconocimiento, ya que las mujeres podemos aportar perspectivas valiosas y soluciones innovadoras, somos muy capaces e inteligentes, y la desigualdad no sólo nos afecta a nosotras, sino también puede perjudicar a los pacientes al perderse ideas y enfoques valiosos para el tratamiento de enfermedades.
A corto plazo, mi objetivo es terminar mi Internado y comenzar el Servicio Social en un área relacionada con la Cirugía, pero que también me permita tener tiempo para prepararme para el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas. A mediano plazo, aspiro a convertirme en residente de Cirugía General y, a largo plazo, quiero ser una gran cirujana, y aunque aún no he decidido en qué especialidad, he tenido la oportunidad de observar a muchas cirujanas jóvenes y talentosas que me motivan a
seguir este camino.