“Sentimos solastalgia cuando nos referimos al sentimiento de extrañar cómo era el clima de la región que habitamos y que se ha visto deteriorada por el cambio climático”, afirmó el doctor Víctor Manuel Rodríguez Molina, académico del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, en la emisión del programa de Radio Más Salud, transmitido el 8 de febrero por Facebook Live y YouTube.

El deterioro del medio ambiente y sus efectos sobre los seres humanos comienzan a ser un tema que cobra cada vez más relevancia en campos como la salud mental. En ese sentido, el doctor Rodríguez Molina recordó que “somos mamíferos y tenemos mecanismos para evitar aumentos y decrementos de temperatura en nuestro cuerpo, sin embargo, dependemos del ambiente para regularla. El cerebro es el centro de regulación del cuerpo y si no se encuentra en buenas condiciones pierde su habilidad para adaptarse al medio y responder adecuadamente.”

Al hablar del «Cambio climático: su impacto en el cerebro, el comportamiento y la salud mental», indicó que es importante saber diferenciar entre un agotamiento por calor y un golpe de calor. El primero genera alteraciones a nivel emocional como ira, cansancio, bajo rendimiento y mal humor, mientras que el golpe de calor genera confusión, alucinaciones, palpitaciones e hipertensión, además requiere un manejo médico en la unidad de urgencias, ya que de no tratarse puede ocasionar la muerte.
Asimismo, indicó que “
en 2003 hubo una ola de calor en Europa que causó 20 mil muertes, en su mayoría adultos mayores, esto porque conforme envejecemos se atrofia el sistema regulador de temperatura, no hay sensación de sed ni de calor.”

No sólo hay efectos a nivel físico, sino que “en lo emocional, cuando hay aumento de temperatura hay incremento de emociones, específicamente de emociones negativas, ira, enojo e irritabilidad. Existe evidencia científica que demuestra que personas con alteraciones psicoemocionales sufren ataques agudos con las olas de calor, aumentando casos de ansiedad, depresión, esquizofrenia e incluso elevando la tasa de suicidios”, apuntó.

Además, “la temperatura óptima para dormir es de 20 grados Celsius, pero si estamos a 25 o 30 grados, empieza a afectarse el sueño y nos levantamos más cansados y enojados”, agregó el doctor Rodríguez Molina.

Finalmente, recomendó hacer actividades que ayuden mentalmente, como actividad física, evitando la luz directa del sol; actividades recreativas que nos hagan sentir felices; y para evitar el avance descontrolado del cambio climático, poner en práctica la cultura verde, que consiste en crear azoteas con huertos, jardines verticales, hacer uso moderado del agua, evitar el uso excesivo del automóvil, utilizar más la bicicleta y reducir la producción de basura.

Por Fernando Jacinto