Cuidar la salud mental de los profesores es esencial para garantizar un entorno educativo óptimo. Cuando los educadores están emocionalmente bien, son más capaces de enfrentar los desafíos inherentes a la enseñanza con claridad y efectividad; además, les permite establecer conexiones más sólidas con sus estudiantes, fomentando así un ambiente de aprendizaje positivo y de apoyo mutuo.

Con el objetivo de reflexionar al respecto, en el marco del Día de la Maestra y el Maestro (15 de mayo), durante la transmisión por YouTube de la 5ª sesión del foro de preguntas y respuestas “Hablemos claraMENTE 2024”del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM, el doctor Jahaziel Quintín Cruz García, responsable del Área de Bienestar Docente de la Unidad de Desarrollo Académico de la Secretaría de Educación Médica (UDA-SEM), abordó el tema “Bienestar y salud mental del docente, la base de una educación equitativa y eficaz”.

El experto comentó que uno de los factores estresantes más importantes para los profesores es la competencia que se genera: “No significa que competir por un puesto como instructor, ayudante de profesor, técnico, entre otros, sea insano, pero sí puede generar mucha angustia en los participantes, ya que rara vez estamos capacitados para saber cuáles son las herramientas necesarias para ser evaluados. Además, una vez que llegamos a estos cargos, nos enfrentamos al problema de que sabemos de Medicina, pero desconocemos en gran medida de Pedagogía”.

Asimismo, indicó que otras situaciones que pueden alterar la salud mental del profesorado son la falta de recursos económicos y materiales para trabajar; la falta de destreza en la aplicación de las nuevas tecnologías en la enseñanza; e incluso, los cambios administrativos, que generan incertidumbre sobre su recontratación.

“El desgaste de la actividad docente ha aumentado con las reformas educativas que han cambiado la visión del profesor. Afortunadamente, la autonomía de la UNAM nos permite no aplicar ciertas normas que han afectado la imagen de las maestras y los maestros, manteniendo una idea positiva de los catedráticos de la Máxima Casa de Estudios”, agregó el doctor Cruz García.

Así, enfatizó que el bienestar mental debe ser visto no como un lujo, sino como un derecho y una necesidad, ya que si los docentes están bien, sus alumnos también lo estarán. Por ende, es fundamental entender que no son perfectos y no siempre estarán en su mejor momento, ya que siempre existirán problemáticas personales o laborales: “No estar siempre feliz no nos hace mejores ni peores, simplemente somos seres humanos”.

El doctor Cruz mencionó que hay instancias universitarias, como la FES Iztacala, que cuentan con programas de apoyo específico para profesoras y profesores de todos los niveles educativos.

Compartió que el Área de Bienestar Docente de la UDA-SEM adaptó un modelo propuesto por el Centro para el Bienestar y la Promoción de la Salud de la Universidad de Harvard, el cual abarca las dimensiones física, mental, social, ocupacional, personal, intelectual, ambiental y financiera, a las necesidades del profesorado de la Facultad de Medicina.

Por ejemplo, desde la dimensión social, tratan de fomentar una mayor comunicación entre los profesores, promoviendo el apoyo entre colegas; desde la intelectual, animan a los académicos a participar en diversas actividades recreativas; y en la financiera, enseñan algunas estrategias como el uso del SAT o fondos de ahorro: “De esta manera buscamos proporcionar herramientas que ayuden a los profesores a cuidar su salud mental”.

El evento fue moderado por las doctoras Claudia Ramírez Ávila, responsable del área de Capacitación Continua del DPSM, e Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del DPSM y organizadora del foro. 

Karen Hernández