“Desde la prehistoria se ha reconocido a la sangre como un líquido vital, pues su pérdida atentaba contra el bienestar de las personas; en la actualidad, donar este tejido puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, para algunos pacientes representa mayor tiempo y calidad de vida, para otros es un apoyo durante la realización de procedimientos médico-quirúrgicos complejos, también es importante para la atención materno-infantil e incluso en la atención de los desastres naturales”, aseguró la doctora Adriana E. González Villalva, académica del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, instituido por la Organización Mundial de la Salud el 14 de junio de 2004 y oficializado en 2005, la Coordinación de Comunicación Social organizó la decimoquinta Conferencia sobre Ciencias Básicas, enfocada a la cultura de la donación de este tejido, con el objetivo de reconocer y agradecer a los millones de donantes voluntarios, poner de relieve la necesidad permanente de donaciones altruistas y no remuneradas, y promover una cultura que fomente la donación periódica de sangre.

Durante la conferencia transmitida por YouTubeFacebook Live, la doctora González Villalva mencionó que entre las personas que necesitan transfusiones sanguíneas se encuentran: mujeres con complicaciones obstétricas (relacionadas al embarazo o parto), adultos, niñas y niños con anemia grave, personas con traumatismos graves, pacientes que son sometidos a intervenciones quirúrgicas, personas enfermas de cáncer como las leucemias que alteran la concentración de las células de la sangre.

Asimismo, enfatizó en que necesitan cumplirse ciertos requisitos para donar este tejido, cuyos objetivos son proteger al donador y obtener sangre segura, algunos de ellos son: tener entre 18 y 65 años, pesar mínimo 50 kilogramos, gozar de buena salud, no haber tenido cirugías en los últimos 6 meses y si hubo transfusión, después de un año, no haberse realizado tatuajes o perforaciones en los últimos 12 meses ni haber padecido infecciones como hepatitis B, C, VIH-SIDA, enfermedad de Chagas o sífilis y, contrario a lo que muchos creen, no se requiere el ayuno total, se pueden beber líquidos y comer frutas y vegetales previos a la donación.

¿Cuál es el procedimiento para donar? Inicialmente hay que registrarse, luego se hace una evaluación de la sangre para verificar que esté en las condiciones adecuadas, después se hace una entrevista clínica por un médico para verificar que se cumplan los requisitos, posteriormente se realiza la extracción, proceso no doloroso donde se recolecta la sangre a través de una aguja con una duración de 7 a 10 minutos, se continúa con un descanso y, por último, con un refrigerio que consiste en brindar líquidos y alimentos.  

“En muchas ocasiones la demanda de los hospitales supera a la cantidad de donadores que se presentan, además cada elemento de la sangre tiene una duración y conservación diferentes y se requiere constante reemplazo, por eso se necesitan donadores”, señaló.

Finalmente, la doctora González Villalva explicó que las personas no donan sangre por temor a lo que desconocen, sin embargo, se obtienen muchos beneficios con esta acción, pues además de los exámenes médicos para conocer nuestro estado de salud, este procedimiento puede ayudar a salvar hasta 3 vidas, mejorar el flujo sanguíneo, ayudar a depurar triglicéridos y colesterol, equilibrar los niveles de hierro en sangre, entre otros: “Podemos ser donadores voluntarios, no esperar a que alguien de nuestra familia lo requiera, pues siempre decimos que queremos ser donadores cuando ya no estemos, pero por qué no empezar desde hoy con este acto de solidaridad”.

Tomás Ortega