“En los seres humanos, minerales como el calcio y el fosfato son fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuado de los huesos y otros tejidos, especialmente en la edad pediátrica, pues a lo largo de esta etapa el cuerpo necesita cantidades suficientes para asegurar una mineralización óptima del esqueleto; además, el calcio es un segundo mensajero que participa en la coagulación sanguínea, transmisión nerviosa, contracción muscular, metabolismo energético, y el fosfato en la regulación del pH, entre otras funciones”, aseguró el doctor Ricardo Muñoz Arizpe, exjefe del Servicio de Nefrología del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
El pasado 8 de octubre, la Facultad de Medicina de la UNAM, organizó la conferencia: “El metabolismo del calcio y del fosfato en la edad pediátrica”, coordinada por la doctora Laura Escobar Pérez, académica del Departamento de Fisiología de la misma entidad y socia fundadora de la FUNATIM, donde se concientizó a la comunidad sobre la importancia de estos minerales para los niños y adultos, con importante énfasis en sus funciones, regulación y enfermedades generadas por sus alteraciones, con una perspectiva desde la nefrología pediátrica.
Durante la sesión realizada en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”, el doctor Muñoz Arizpe recordó a la audiencia algunas generalidades sobre el calcio, mencionando que la palabra viene del latín calcium que significa cal, un elemento muy común en el planeta y el electrolito más abundante del cuerpo humano, la mayoría se encuentra en el hueso, unido a fosfatos para formar cristales de hidroxiapatita y representa cerca del 2 por ciento del peso corporal en adultos y 0.9 por ciento en los recién nacidos.
Posteriormente, explicó que el calcio y los fosfatos son regulados fisiológicamente por diferentes órganos como el riñón, intestino y hueso, hormonas como la hormona paratiroidea (PTH), FGF23 y la vitamina D, señalizaciones intracelulares y transportadores transmembrana. Además, enfatizó la importancia de la vitamina D que, a través de reacciones químicas se transforma en calcitriol, también llamada forma activa de la vitamina D y cuyas funciones se reflejan en la mineralización del hueso, reabsorción de calcio y excreción de fosfatos a nivel del riñón.
“Un adulto absorbe 25 por ciento del calcio obtenido en la dieta, sin embargo, un niño absorbe de 40 a 50 por ciento, un recién nacido del 60 al 70 por ciento y un prematuro hasta un 80 por ciento y, a diferencia de los adultos, los pediátricos tiran menos calcio por la orina, lo que hace que conserven más de este mineral en el cuerpo, algo necesario para un correcto crecimiento y remodelación ósea dependiendo de su edad”, indicó.
Por otro lado, el ponente destacó la regulación y las diversas funciones del fósforo que, en forma de fosfatos, participa en la remodelación ósea. En cuanto al manejo renal, la mayoría del fosfato filtrado se reabsorbe, excretándose sólo un 10-20 por ciento en la orina. La reabsorción renal de fosfato depende de diversos factores, entre los que dominan la ingestión dietética de fosfato, la propia concentración de fosfatos en sangre y la actividad de las hormonas implicadas en su control: PTH, FGF23 y la vitamina D. El déficit de FGF23 causa hiperfosfatemia, exceso de calcitriol y calcificaciones de los tejidos blandos, mientras que su exceso causa hipofosfatemia, hipofunción del sistema de la vitamina D y alteraciones del crecimiento.
Las alteraciones del fosfato en el plasma pueden ocasionar calcificaciones en los vasos sanguíneos, retraso del crecimiento, osteopenia, deformaciones óseas, como raquitismo en niños y osteomalacia en adultos.
Fotografías: Carlos Díaz
“La fisiología renal es distinta entre los niños y los adultos y eso no significa que los riñones de los pediátricos sean inmaduros, de hecho, es un paso evolutivo como el que presentan todas las especies que han vivido en el planeta, pues estos órganos reaccionan a diferentes hormonas dependiendo de la edad. Durante la infancia se presenta retención de calcio y fosfatos y los riñones no responden a la PTH, pero sí a la hormona de crecimiento, que es una hormona que promueve el crecimiento de los huesos”, explicó el especialista.
Finalmente, la doctora Escobar Pérez ofreció algunas preguntas para complementar el tema de la sesión y posteriormente agradeció al público por su asistencia, reiterando la importancia de la investigación en nefrología pediátrica.
Tomás Ortega