La Época de Oro del cine mexicano y el Día de Muertos, dos de las tradiciones que más destacan a la cultura mexicana, estuvieron plasmadas en las 72 ofrendas de diferentes dependencias universitarias, planteles de bachillerato y escuelas incorporadas a la UNAM, que adornaron e inundaron de color y alegría la explanada del Universum del 1 al 3 de noviembre.

La ceremonia de inauguración del XXVII Festival Universitario de Día de Muertos Megaofrenda UNAM 2024 “México visto a través de la lente”, se efectuó el 1 de noviembre. Desde las 8 de la mañana, el público esperaba con entusiasmo la apertura del evento que rendiría homenaje tanto a la tradición ancestral como a la magia del séptimo arte.

En la inauguración, el doctor Manuel Suárez Lastra, Director General de Divulgación de la Ciencia, compartió un emotivo mensaje que destacó el vínculo profundo entre la ciencia, el arte y nuestras tradiciones: “La Megaofrenda nos permite rendir homenaje a quienes han documentado, interpretado e imaginado nuestra cultura y miradas sobre la realidad mexicana por medio del cine”. Asimismo, compartió que su ofrenda, La Catrina se viste de ciencia, buscó vincular el conocimiento científico con la creación audiovisual, mostrando cómo la ciencia ha sido un motor esencial para el desarrollo del cine.

Por su parte, el licenciado Joaquín Narro Lobo, Titular de la Dirección General de Atención a la Comunidad, evocó la historia de las ofrendas universitarias, recordando que en 1997 la Facultad de Medicina organizó la primera ofrenda masiva, un esfuerzo que ha crecido hasta convertirse en una tradición que involucra a miles de universitarios: “Todo esto es el trabajo y la visión de 2,500 universitarias y universitarios, que gracias a su esfuerzo le brindan lo mejor a la sociedad en esta tradición tan profunda del pueblo mexicano en la que nos reencontrarnos con nuestros difuntos”, expresó.

En su oportunidad, el maestro Fernando Macedo Chagolla, Secretario de Servicio y Atención a la Comunidad Universitaria, mandó un saludo de parte del Rector, el doctor Leonardo Lomelí Vanegas, y resaltó el valor de la diversidad y la mezcla de diferentes corrientes ideológicas y religiosas que dan como resultado diferentes tipos de expresiones culturales en nuestro país.

En el presídium también estuvieron presentes la doctora María Soledad Funes Argüello, Coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM; el doctor Mauricio de Jesús Juárez Servín, Director de la Facultad de Artes y Diseño; el licenciado Hugo Villa Smith, Director General de Actividades Cinematográficas; el doctor Enrique Dufoo Mendoza, Coordinador de las Intervenciones Artísticas de la Megaofrenda; y la licenciada María de los Ángeles Guadalupe Castro Gurría, Directora de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas.

Las ofrendas, que fueron elaboradas con una mezcla de materiales reciclados como cartón, periódico y pintura, no sólo fueron un derroche de creatividad, sino un homenaje a lo mejor de nuestra cultura popular, especialmente al cine mexicano. Cada una de las ofrendas presentó una historia, un mensaje y una conexión emocional con el Día de Muertos.

“Diagnosticando a Macario”

La ofrenda de la Facultad de Medicina inspirada en las películas Macario (1960) y El señor doctor (1965), hizo honor a estos dos personajes notables del cine nacional interpretados por Ignacio López Tarso y Mario Moreno Cantinflas, respectivamente.

Esta obra, organizada por la Coordinación de Comunicación Social, fue resultado del trabajo entusiasta y creativo principalmente de estudiantes de las diferentes licenciaturas y trabajadores de la Facultad, quienes durante más de un mes recopilaron el material y dedicaron varias horas al día para su elaboración.

Así, adornada con radiografías reutilizadas que simulaban papel picado y con dos escenas interactivas de las películas, la ofrenda hecha con papel periódico, cartón, madera y madera comprimida, ofreció una experiencia única a quienes la visitaron:

“Macario creía que a la muerte podía burlar,
al convidarle del pavo que su esposa le quiso preparar,
más grande fue su gula que al hospital fue a dar.
El señor doctor ojeroso y preocupado ya no pudo curarlo,
del empacho por el pavo que se había atracado”.

Altares alegran e integran a la comunidad universitaria

Asistentes de la UNAM y fuera de ella recorrían con alegría todas las ofrendas. Pamela Anahí, visitante del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad, resaltó que diversas ofrendas, como la de la Facultad de Contaduría y Administración, adornada con láminas y tendederos diminutos, y que estaba inspirada al género cinematográfico de las ficheras, la hizo identificarse demasiado por la manera en la que se representaba el barrio: “La importancia está en la convivencia que tenemos los vivos con la muerte, lo que nos hace conectar con nuestros seres queridos que ya trascendieron a otro plano”, compartió.

La tradición es tan impactante y sorprendente en el mundo que Francisca, mexicana de origen chileno, quien compartió que esta costumbre comenzó a formar parte de ella: “Todas las ofrendas están preciosas. Yo también ya pongo altares en mi casa para mis familiares y también voy a distintos pueblos para visitar sus tradiciones”, manifestó.

Además de las ofrendas, se pudo disfrutar de 42 eventos culturales, 17 proyecciones cinematográficas, talleres, concursos de calaveritas, cartel ilustrado y videocortometraje. Asimismo, se realizó la transmisión del programa “Súbele a la Ciencia”, en el que participó el doctor Alberto Manuel Ángeles Castellanos, Jefe del Departamento de Innovación en Material Biológico Humano y académico del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina, y en el que compartió que “la donación de nuestro cuerpo es una forma de trascender a través de la ciencia y la investigación”.

La magia de la tradición, el cine y el arte se fusionaron en una muestra de color, creatividad y respeto por los que ya no están, pero cuyos recuerdos siguen vivos en nuestras costumbres y expresiones culturales. Los asistentes pudieron disfrutar de un espectáculo lleno de colores, olores y sonidos, donde el México del cine y de la vida cotidiana se encontró en cada rincón, recordándonos que más allá de la muerte, la celebración de la vida es lo que prevalece.

Alan Valdez