Como parte de las actividades por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, la Clínica de Atención a la Violencia de Género del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM realizó una sesión de cine debate para analizar la película Rompiendo el círculo, donde la protagonista intenta superar los traumas de su infancia mientras comienza una nueva vida en Boston; al iniciar una relación recuerda el abuso vivido por parte de su padre a su madre, llevándola a tomar decisiones cruciales para romper con el ciclo de violencia y proteger su futuro y el de su hija. 

En la actividad, desarrollada en el auditorio “Dr. Ramón de la Fuente”, la doctora Brenda Hernández Vega, psiquiatra del DPSM, explicó el impacto de la violencia en la salud mental, destacando que ésta puede provocar trastornos como ansiedad, depresión y, en algunos casos, estrés postraumático. 

“La violencia no sólo deja huellas físicas, sino también psicológicas. Entre los trastornos más comunes observamos ansiedad generalizada, donde las personas permanecen en un estado constante de alerta e irritabilidad, y estrés postraumático, que puede desencadenarse por eventos violentos en el contexto familiar o de pareja”, mencionó.

Resaltó cómo las dinámicas familiares y las personalidades influyen en las relaciones de pareja. “Es común que en una relación existan personalidades complementarias, una dependiente y otra narcisista, lo que perpetúa ciclos de abuso. Identificar estos patrones es esencial para romper con estas dinámicas y construir vínculos saludables”.

Por su parte, la licenciada Karina Márquez Gómez, psicoterapeuta en el Programa de Atención a Violencias del DPSM, abordó la normalización de la violencia en las relaciones de pareja. También destacó que la película ilustra cómo las víctimas a menudo no reconocen las situaciones debido a patrones aprendidos y reforzados por estereotipos sociales. 

“Cuando la violencia ha sido parte de nuestra historia de vida, es difícil identificarla en las relaciones actuales, porque se ha normalizado desde la infancia. Es importante visibilizar estas violencias y brindar apoyo para romper el ciclo”, señaló.

La psicoterapeuta brindó un análisis de las personas que ejercen violencia, dividiéndolas en 2 categorías: aquellas con trastornos de personalidad y aquellas cuyo comportamiento está influenciado por construcciones sociales sobre el poder y la masculinidad. “Estos perfiles ayudan a entender el origen de la violencia e identificar estrategias de intervención que consideren tanto los aspectos psicológicos como sociales de la problemática”, indicó.

A su vez, la licenciada Erika Jazmín Hernández Ramírez, trabajadora social del DPSM, exploró el impacto de los roles y estereotipos de género en las relaciones de pareja. “Desde que nacemos, la sociedad nos asigna tareas y roles que perpetúan los estereotipos de género. En la película, esto se refleja claramente en cómo se construyen las dinámicas de poder entre los personajes”, indicó. 

Asimismo, habló de la importancia de identificar las primeras señales de violencia. “Ésta tiende a escalar, por lo que debemos intervenir desde el noviazgo para prevenir que estas dinámicas lleguen al ámbito familiar”.

“Es fundamental fortalecer nuestras redes de apoyo. Muchas personas permanecen en relaciones violentas por temor o porque no identifican que están siendo víctimas. Tener un entorno de confianza e instituciones que brinden orientación es clave para romper el círculo de la violencia”, agregó.

La sesión fue coordinada por la doctora Jacqueline Cortés Morelos, Coordinadora de la Clínica del Programa de Salud Mental, quien subrayó la relevancia de estos espacios para visibilizar y reflexionar sobre la violencia de género, así como para promover la prevención y la intervención oportuna.

Fotografías: Diego García

“Es fundamental fomentar espacios en donde las personas puedan reconocer la violencia en sus diferentes formas y aprender cómo prevenirla. Sólo así lograremos un cambio en nuestra sociedad”, concluyó.

Diego García