Las células hematopoyéticas desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento del cuerpo humano, ya que son responsables de la auto-renovación, la proliferación celular, la diferenciación y la reconstrucción de la hematopoyesis y del sistema inmunológico.
Durante la sesión del Ciclo de Conferencias de Ciencias Básicas organizada por la Coordinación de Comunicación y transmitida en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=H-1-iK6PHIo, el doctor Enrique Gómez Morales, académico del Departamento de Farmacología, destacó su importancia en la actividad titulada “El mágico mundo de las células hematopoyéticas”, donde mencionó que las células progenitoras hematopoyéticas (CPH) son células multipotenciales, en tres momentos: la salud, que se estudia en las ciencias básicas, la enfermedad que se presenta por factores genéticos o ambientales y el terapéutico vía el trasplante o la terapia celular que integra la aplicación clínica de las ciencias básicas.

En la salud, las CPH se producen constantemente en toda la vida de las personas, dentro del tejido óseo, en el micromedio ambiente inductor, que permite de acuerdo a cócteles de citocinas (proteínas de comunicación celular) su producción y regulación; una parte especializada son los linfocitos, células B que producen anticuerpos, ayudan al sistema inmunológico a reconocer patógenos previamente enfrentados, lo que resalta la importancia de la vacunación y células T que regulan la inmunidad celular, que tienen la función de distinguir entre lo propio y lo extraño, por tanto, proporciona mecanismos de tolerancia y/o rechazo, mediante el reconocimiento de receptores en las células del cuerpo de un código genético denominado antígenos de histocompatibilidad (HLA), el cual permite que se logre la intervención terapéutica de las CPH.
La leucemia es el cáncer más frecuente en niños menores de 10 años, se genera por mutaciones en el feto por exposición a tóxicos ambientales y después del nacimiento la inflamación crónica y otros factores como antibióticos generan una segunda mutación, que origina la enfermedad, por lo que mantener una dieta saludable, evitar el uso excesivo de antibióticos y fomentar el contacto social en la infancia puede fortalecer el microbioma del infante y con ello reducir el riesgo de mutaciones, que generen la enfermedad.

La magia de las CPH ocurre cuando estas enfermedades pueden ser curadas vía el procedimiento de trasplante de CPH que se infunden como una transfusión y provienen de un donador compatible en el sistema HLA, hoy incluso mediante selección de CPH y por medios de medicamentos eliminando células T donadores no compatibles, pueden apoyar en el trasplante y, en caso de recaídas, la terapia celular dirigida por medio de linfocitos T o células NK modificados genéticamente pueden ser dirigidos en contra de la enfermedad sobre receptores específicos del sistema HLA de las células de la leucemia y ofrecen otra posibilidad de curación, las células T-CAR.
Finalmente, el ponente destacó la importancia del programa de trasplantes de células hematopoyéticas, donde se menciona que no es necesario dar quimioterapias agresivas para eliminar un tumor, sino que pueden ser esquemas de intensidad reducida para personas mayores de 65 años, y que padecen de diabetes o hipertensión.
Matzayani Panfilo