HISTORIAS DE ÉXITO #MUJERESFACMED
Mi nombre es Samantha Zurita Martínez, egresada de la Licenciatura en Fisioterapia, donde actualmente me desempeño como docente. Soy una fiel enamorada de lo que hago. Disfruto y me apasiona enormemente ser fisioterapeuta, ya sea en el ámbito clínico o docente. En la clínica, disfruto el trato, la interacción y el trabajo en equipo con las personas durante el proceso de rehabilitación; en la docencia, también. Además, ser una guía o facilitadora del aprendizaje de futuros licenciados me parece increíble, logrando compaginar mi experiencia y conocimientos.
La satisfacción que me genera ver a mis estudiantes convertirse en profesionales competentes, empáticos y con un gran sentido humanista me brinda una profunda sensación de realización personal y profesional. Esta satisfacción nace del hecho de formar a profesionales que tendrán un impacto real en la salud y bienestar de las y los pacientes. Cada estudiante que aprende y se gradúa es, en parte, un reflejo del compromiso, la entrega y vocación que tengo.
El destino lo tenía preparado. La docencia llegó sin buscarlo mientras realizaba mi Servicio Social en la Coordinación de la Licenciatura en Fisioterapia. Sin embargo, hoy en día es una de las competencias profesionales que más me gusta ejercer debido a la gran responsabilidad social que conlleva el formar a futuros fisioterapeutas.
El gusto por lo que se hace es clave para equilibrar la práctica profesional y la docencia. Considero que se me ha facilitado desempeñar estos dominios profesionales porque compagino mi práctica clínica con lo que abordamos en el salón de clases; por ejemplo, les expongo casos clínicos de mis pacientes o experiencias sobre determinados temas. Además, me mantengo actualizada estratégicamente, eligiendo cursos o certificaciones que beneficien tanto mi labor docente como clínica.
Mi principal objetivo con las y los alumnos a los que enseño es transmitir el amor, pasión y respeto que le tengo a mi profesión. Con cada generación y grupo que he tenido la oportunidad de coincidir, intento fomentar que dignifiquen a la profesión a través de sus acciones en cualquiera de los ámbitos en los que se vayan a desenvolver. Y, por qué no, también mi objetivo es dejar un legado: más allá del conocimiento técnico, es transmitir valores como la empatía, el respeto por sus pacientes, la ética profesional y el trabajo transdisciplinario.
Considero que sí existen barreras de género en el ejercicio de la Fisioterapia. Afectan tanto a hombres como a mujeres, pero especialmente a las mujeres, que forman la mayoría del gremio. Entre ellas están la desigualdad en liderazgo y cargos académicos, el acoso o violencia de género, la brecha salarial y los estereotipos de género.
Los principales retos de ejercer la docencia hoy en día son enseñar pensamiento crítico y basado en evidencia, adaptarse a nuevas tecnologías y metodologías, y cerrar la brecha entre teoría y práctica clínica. El desafío radica en fomentar que las y los alumnos no sólo memoricen, sino que analicen, evalúen y apliquen evidencia científica actualizada en su práctica. Además, integrar plataformas digitales, simuladores y aprendizaje híbrido requiere constante actualización.
A las y los estudiantes interesados en acercarse a la docencia, les aconsejaría fortalecer su base académica, actualizándose constantemente con cursos, diplomados y congresos. La docencia requiere estar al día con la evidencia científica más reciente. También es clave ganar experiencia clínica, pues la práctica brinda ejemplos reales para compartir en clase, y especializarse en un área para convertirse en un referente. Por último, es importante conectarse con el ámbito académico, relacionándose con profesores y colegas, colaborando como ayudante o docente invitado, y manifestando el interés por desarrollarse en este campo, demostrando preparación pedagógica.