“Las adicciones están consideradas como una enfermedad mental y registran una mortalidad excesiva que también tenemos que atender y que no necesariamente se incluye cuando se hacen las evaluaciones de cuál es la carga de la enfermedad mental”, comentó la doctora María Elena Medina Mora Icaza, responsable del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Facultad.
El pasado 30 de mayo en el auditorio “Dr. Ramón de la Fuente”, durante la sesión del Seminario sobre Medicina y Salud se realizó la actividad “El panorama actual de las adicciones y la salud mental en México”, moderada por el doctor Nicolás Iván Martínez López, investigador en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, donde se habló acerca de la gran problemática que se vive en el país en cuanto a las adicciones y la salud mental en nuestro país.

La doctora Medina Mora Icaza habló sobre la importancia de la atención a la salud mental, ya que las personas con enfermedades mentales graves corresponden al 30 por ciento de la población, este grupo muere de 15 a 20 años más joven, tiene tasas más altas dedesempleo, padece de mayor pobreza y de violencia. Es importante señalar que estas personas tienen un impacto social, ya que son estigmatizadas y rechazadas, lo que se refleja emocionalmente y, por lo tanto, impacta directamente en sus condiciones de salud. Por esta razón es importante que se puedan atender las necesidades de las personas en estas condiciones.
Podemos ver cómo estamos en círculos viciosos en los que el estrés, los problemas familiares, la pobreza y los diversos determinantes sociales provocan el aumento de las enfermedades mentales y esa falta de manejo hace que perdamos el control. Esto hace que el uso de drogas se incremente, reflexionó la ponente.
Por otra parte, existe una brecha de calidad, porque “no todas las personas que tienen tratamiento reciben uno de calidad; muchas veces van a un lugar, tienen una consulta y no regresan, por ende, no tienen acceso a los medicamentos”, recalcó.
De igual forma, una problemática que se encontró en México es la inseguridad, es decir,“vivir en estas comunidades inseguras, donde hay mucha violencia, donde los niños no tienen donde caminar sin ensuciarse los zapatos y llegar con lodo a la escuela y cómo estos ambientes que se vuelven difíciles son los que aumentan la probabilidad de los problemas de conducta y de adicciones”.
Por otra parte, se observó que con la reducción de los plantíos aumentó el consumo de cristal en un 58% y la heroína disminuyó en un 60%. Debido a esta situación, la doctora Medina Mora Icaza compartió que “se han desarrollado drogas semisintéticas, es decir, que están utilizando transformaciones químicas de plantas y las otras que son totalmente sintéticas como el fentanilo y el carfentanilo, que es más potente que la morfina”.
Otro aspecto importante es que algunas de las necesidades de tratamiento de las mujeres que consumen algún tipo de droga es que se permita que los familiares las visiten,que no maltraten a la gente y que no haya castigos, que el internamiento sea voluntario y que sea un lugar donde den alojamiento, por esta razón es importante que los centros de atención tengan modelos de tratamiento con enfoque para las mujeres.

También explicó que se necesita mayor atención ambulatoria y mejor atención en el primer nivel; asimismo, mejorar la formación de los médicos generales para que puedan identificar y sepan canalizar a los pacientes con un psiquiatra cuando sea necesario o puedan atenderlos cuando sean casos leves.
Finalmente, la doctora Medina Mora Icaza, mencionó que algunas áreas de oportunidad para una mejor atención a las personas con adicciones es integrar la atención a la salud mental en el Sistema de Salud, incorporar los determinantes sociales, formar recursos humanos y multidisciplinarios, adoptar un concepto de salud total y la reingeniería de los servicios de salud en el primer nivel de atención.
“Este círculo en el que cae la población con mayor riesgo de vulnerabilidad por pobreza, por violencia y con la presencia de cárteles que les hace seguir consumiendo algún tipo de droga, hace que se tenga la gran probabilidad de desarrollar trastornos secundarios a estos eventos violentos como estrés traumático, ansiedad y depresión”, concluyó el doctor Martínez López.
Matzayani Panfilo