“A nivel mundial, 1,300 millones de personas consumen tabaco, lo que causa alrededor de 8 millones de muertes al año. La Organización Mundial de la Salud declaró en 1965 que el cigarro es la principal causa evitable de muerte, lo que subraya la gravedad de este problema de salud pública”, señaló la doctora Fabiola Hernández Vázquez, académica del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Durante la actividad transmitida por Facebook Live y YouTube como parte del Ciclo de Ciencias Básicas organizado por la Coordinación de Comunicación Social, la experta abordó los complejos mecanismos neurobiológicos que sustentan la adicción a la nicotina y explicó por qué dejar de fumar representa un desafío tan significativo para millones de personas. “El tabaquismo no sólo afecta a los fumadores activos, sino también a los fumadores pasivos y hasta las mascotas, representando un grave riesgo para la salud pública. Se estima que 1.028 muertes anuales son atribuibles a la exposición al humo del cigarro en no fumadores”, indicó.

El ponente destacó que la historia del consumo de tabaco se remonta a los mayas, quienes lo utilizaban con fines ceremoniales y medicinales, resaltando su importancia cultural a través de los siglos. Sin embargo, explicó que el problema actual radica en la comprensión de los efectos de la nicotina en el sistema nervioso central.
“La nicotina activa un sistema cerebral de supervivencia, liberando más dopamina de lo habitual, lo que complica significativamente el proceso de dejar de fumar. La sustancia se une a receptores nicotínicos en el cerebro, provocando una respuesta excitatoria mayor en comparación con neurotransmisores naturales”, detalló.

El académico explicó cómo el sistema de recompensa cerebral, naturalmente asociado a actividades vitales como la alimentación y la reproducción, puede ser alterado por sustancias como la nicotina. “La estimulación de áreas específicas del cerebro puede activar este sistema de recompensa, provocando que se repitan comportamientos placenteros debido a la liberación de dopamina”, comentó.
Respecto a los tratamientos disponibles, el ponente remarcó la importancia de las terapias de reemplazo de nicotina y los tratamientos farmacológicos. “Las terapias como los parches de nicotina permiten reducir la dosis gradualmente, ayudando a minimizar los síntomas de abstinencia. Los tratamientos farmacológicos como el bupropión y la vareniclina son opciones que actúan sobre los receptores nicotínicos para reducir la dependencia”, explicó.

La doctora Hernández Vázquez concluyó su presentación subrayando que dejar de fumar debe ser considerado como el tratamiento de una enfermedad que afecta el cerebro. “Comprender la complejidad de la adicción es crucial para superarla con el apoyo adecuado. La cotinina, un metabolito de la nicotina, puede detectarse en el cuerpo hasta 19 horas después de la exposición, lo que demuestra el impacto duradero de esta sustancia”, finalizó.
Por Fernando Jacinto