Educar para una vida sana

El ejemplo que le dan los padres a los hijos es fundamental. Si en casa no se les enseña a los niños la importancia del ejercicio, no lo harán o lo dejarán pronto.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, más de la mitad de los mexicanos no hacen una actividad física, manifestó la maestra Anabell Serratos Medina, académica de la Licenciatura en Fisioterapia de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“Los niños ya están empezando a tener niveles de sedentarismo. El 70 por ciento no hace actividad física, aunque disminuye un poco en la adolescencia, porque tratan de verse bien”, aseguró.

La tecnología, la desinformación y el estilo de vida (alimentación, tiempos de traslado, de trabajo y estudio) se han ido modificando. “Antiguamente, el ser humano era muy activo, tenía desplazamientos amplios y empleaba mucha fuerza”.

Una vida sedentaria puede derivar en obesidad, sobrepeso, fatiga y dolor (incluso al realizar actividades muy básicas de la vida diaria), y se convierte en una “bola de nieve”, ya que las personas evitan hacer actividades extra por cansancio. “Cuando no se le exige tanto al cuerpo, cae en un estado de aletargamiento y tarda mucho en reaccionar, ya no se adapta al esfuerzo que tendría que hacer cotidianamente”, explicó la especialista.

“El sedentarismo es un mal que está aquejando a la humanidad, como un enemigo silencioso. Nos puede ocasionar alteraciones cardiovasculares y problemas articulares serios; hay debilidad muscular, se vuelven más lentos los reflejos, se perjudica el depósito de calcio en los huesos y se pueden tener alteraciones a nivel articular, entre otras.

“Poco a poco, las nuevas generaciones van a ir modificándose, no van a desarrollarse plenamente y tendrán problemas a muy temprana edad”, alertó quien también es responsable del área de Fisioterapia de la Clínica de Enfermedades Neuromusculares del Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”.

¿Cómo empezar a transformar los hábitos?

Concientizarse y decidir cambiar el estilo de vida está en cada uno. Más allá de una moda o de mejorar la apariencia, aumentar la actividad física se refleja en beneficios integrales para la salud.

Alguien que nunca ha hecho ejercicio o tiene mucho que no lo hace, debe comenzar por un entrenamiento previo, “no se trata de empezar a hacer todo lo que no hice en toda la vida”. Es un proceso gradual que puede iniciar con incluir desplazamientos físicos en las actividades diarias, como caminar en lugar de usar el automóvil.

Además, previo a un entrenamiento físico, “se tiene que tomar en cuenta cómo están los niveles de glucosa y los músculos, si hay fuerza suficiente, si no se presentan alteraciones en la glucosa, presión arterial incrementada o algún otro problema. Hay que estar alerta y hacerlo en condiciones seguras”, refirió la maestra Serratos Medina.

Para empezar a dejar el sedentarismo, “no es necesario hacer grandes recorridos, con hacer una actividad física consciente, adecuada y con gusto, vamos a fomentar buenos hábitos”, concluyó.

 

Mariana Montiel