Las dos guerras mundiales han sido muestras claras de la brutalidad que puede ejercer el ser humano en contra de sus semejantes y de su entorno vital, pero estas acciones no se circunscribieron a hombres de guerra o a quienes vivían en condiciones adversas.

“En los juicios de Núremberg, contra criminales de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los acusados fue personal médico y científico que encabezó los experimentos en personas”, indicó el doctor Víctor Manuel Martínez Bulle-Goyre, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM durante el coloquio “El intercambio científico en Medicina”.

“Los experimentos biomédicos que se hicieron en los campos de concentración usando humanos, hoy en día no son aceptables ni siquiera para hacerlos con animales.

“Eso no quiere decir que lo que se obtenía no fuera válido. Puede ser muy valioso el conocimiento científico, pero ¿es válido usar cualquier medio para obtenerlo?”, cuestionó el especialista en Derechos Humanos en la actividad organizada por el Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En investigación biomédica e intervenciones médicas, mencionó, no podemos incidir en otros o invadir la privacidad física, personal, familiar de alguien si no nos da su autorización, como lo establecen actualmente las bases del consentimiento informado.

El doctor Martínez Bulle-Goyre refirió que “la única forma en que puede continuar la vida, en general, es aprendiendo a usar el conocimiento éticamente”, por lo que recordó al científico Van Rensselaer Potter, precursor del término Bioética.

Derechos Humanos y Bioética

Destacó que la Bioética no es un tema aislado, sino el diálogo de diferentes ciencias y disciplinas. “Una de las que se ha vuelto fundamental es la Medicina y todas las ciencias que la abarcan. La actividad médica ha sido el motor más importante de la Bioética, tanto en el desarrollo del conocimiento médico, como en la atención de la salud de las personas”, aseguró.

Otra de las disciplinas involucradas en la Bioética es el Derecho, impulsado por los Derechos Humanos, ya que, por medio de éste, “se instituyen en la vida social los principios que se alcanzan en el consenso del diálogo en la Bioética”.

Ésta surge de una inspiración ecologista, “ante la manera brutal en la que somos capaces de dañar el medio ambiente, de dañar nuestro entorno”. Pero en la base del pensamiento de la Bioética está la dignidad de las personas, como el marco de actuación.

“La dignidad no es más que el trato que merecemos de los demás por nuestra condición de seres humanos”, definió, sin que ello implique una visión antropocéntrica, pues otros seres también tienen dignidad y ésta radica en que sean tratados como lo que son, no como personas.

Los Derechos Humanos, en tanto, serán los garantes de la dignidad humana, razón por la que el experto llamó a conocerlos, saber cuál es su alcance y su marco jurídico, que tiene como antecedente la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que se convirtió en “una base moral de la vida de las sociedades del futuro”.

Mariana Montiel