La atención integral al paciente fue una de las motivaciones de Norma Angélica Ramírez Galindo y Dulce Yendi Zúñiga Morales, alumnas de la Licenciatura de Médico Cirujano que participan en el Programa de Apoyo y Fomento a la Investigación Estudiantil, para conocer la prevalencia de depresión y factores asociados en una muestra de adultos mayores.

“En ocasiones, el médico en las consultas se enfoca en la patología, sin embargo, un paciente geriátrico se debería abordar en todos los aspectos, tanto psicológico como patológico”, manifestó Dulce.

Actualmente, la depresión es la tercera causa de discapacidad en la población adulta, y se prevé que para el 2020 sea la segunda. En 2011 se estimaba que la prevalencia del padecimiento en adultos mayores a nivel nacional era del 4.5 por ciento, y del total de mujeres de la tercera edad en el país, 5.8 por ciento tenían este padecimiento, al igual que el 2.5 por ciento de hombres, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública.

Bajo la tutoría del doctor Antonio Rafael Villa Romero, adscrito a la División de Investigación de la Facultad de Medicina, las alumnas de tercer año estudiaron una muestra conformada por 256 adultos mayores (60 años o más), hombres y mujeres, asistentes a la Universidad de la Tercera Edad, campus Mixcoac, en la Ciudad de México.

“Hacíamos divulgación cuando ellos estaban en las aulas esperando sus clases, los invitamos a participar y varios accedieron, son personas que no se cierran a la posibilidad de hacerse un chequeo”, destacó Norma.

Los instrumentos utilizados fueron la escala de depresión geriátrica de Yesavage, así como las escalas de Lawton y de Katz, para evaluar actividades instrumentadas y básicas, de la vida diaria, respectivamente.

Del total de adultos mayores contemplados en el estudio, 13 se encontraban en depresión; es decir el 5.1 por ciento.
De estos pacientes, el 76.9 por ciento eran mujeres, el 46.2 estaban casados y el 53.8 por ciento se encontraba en un nivel de licenciatura.

“En otros estudios, la depresión se ha presentado más en personas que son viudas o solteras, sin embargo, en nuestra muestra encontramos que era más frecuente en quienes estaban casadas”, indicaron.

El principal hallazgo fue una fuerte asociación entre la depresión y la dependencia funcional en actividades instrumentadas, similar a la reportada en otros estudios, señaló Norma.

Aunque la literatura consultada establece una elevada prevalencia de depresión en personas con enfermedades crónicas, fue algo que no reveló su muestra. Sin embargo, comprobaron que las actividades físico-recreativas en la tercera edad influyen positivamente en la autoestima, pues son una forma de mantenerse integrado socialmente, sobre todo, observaron menor depresión entre quienes tienen el hábito de lectura y realizan juegos intelectuales.

Dado el alto nivel participativo de la población analizada, destacaron la oportunidad de estimular los estudios de intervención para favorecer la salud de los adultos mayores.

Mariana Montiel