El consumo excesivo de grasas saturadas, azúcares simples o harinas refinadas, la mínima ingesta de frutas y verduras, las alteraciones en el sueño, y la poca actividad física causan exceso de peso por acumulación de grasa. “Esto es una enfermedad crónica causada por adiposidad, mejor conocida como sobrepeso u obesidad”, indicó la doctora Ana Lilia Rodríguez Ventura, endocrinóloga de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Este padecimiento produce inflamación generalizada que afecta todos los órganos y puede complicarse al desarrollar hipertensión arterial, alteraciones menstruales, adelantar pubertad en niñas, hígado graso, osteoporosis, diabetes, cáncer y muchas otras enfermedades que reducen la calidad de vida del individuo e implican un alto costo económico en el sistema de salud. Tan sólo en México, 35 de cada 100 niños presentan obesidad o sobrepeso y están en peligro de desarrollar otros padecimientos.

El implementar hábitos saludables no sólo reduce el riesgo, también disminuye el impacto de las enfermedades antes descritas. “Un estilo de vida saludable es dos veces más efectivo que el mejor fármaco para prevenir diabetes”, asegura.

La especialista describió que “el exceso de peso siempre es a expensas de grasa, misma que se va acumulando en el interior  de vasos sanguíneos, lo que disminuye la oxigenación y nutrientes en los órganos”. Lo anterior, ocasiona un estado de inflamación generalizada en todo el cuerpo y, en particular, afecta la acción de la insulina y alteraciones en rutas metabólicas que pueden propiciar la aparición de estados prediabéticos (glucosa alterada en el ayuno e intolerancia a la glucosa) e incluso diabetes.

El exceso de peso también puede impactar la calidad del sueño al presentarse obstrucción de las vías respiratorias, entre otras alteraciones. Con base en diversos estudios, la experta recomienda realizar tres comidas principales y una o dos colaciones, disponer de más de 20 minutos para comer, consumir diario al menos tres raciones de verdura y dos de fruta, suspender la comida industrializada, desayunar durante las dos primeras horas después de despertar, beber diario dos litros de agua, dormir más de seis horas pero menos de nueve, comer antes de las tres y cenar antes de las ocho, además de realizar de 10 mil a 15 mil pasos por día y/o cinco horas de ejercicio a la semana.

La doctora Rodríguez Ventura reconoce que debido al ritmo de vida tan acelerado que se desarrolla en las ciudades, estas acciones en beneficio de la salud no son tan fáciles de realizar, por lo que recomendó la implementación de políticas públicas en las que los horarios de trabajo, ubicación y transporte faciliten un menor desgaste y tiempo suficiente para poder mejorar los hábitos que constituyen un estilo de vida saludable. «Lo ideal es fomentar en nuestra sociedad una cultura de la prevención y no esperar a enfermarse para actuar, además, si ya se padece Adiposidad o Diabetes, aún se puede uno esforzar para evitar las complicaciones», concluyó.

Samedi Aguirre