La escasez y baja calidad del agua pueden provocar enfermedades infecciosas, como diarrea, gastroenteritis, fiebre tifoidea, cólera, hepatitis A, entre otras enfermedades y problemas de salud.

Desde las ocho horas del 31 de octubre hasta el 3 de noviembre, habrá un corte en el suministro de agua en la Ciudad de México (CDMX) y el área metropolitana que recibe este recurso del sistema Cutzamala, pues se sustituirá un tubo de acero que no recibía mantenimiento desde hace 40 años.

Por ello, la maestra Ana Rosa Moreno Sánchez, profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, recomienda: mantener tapado el recipiente del agua potable y en un lugar limpio y elevado, separar el agua para tomar de aquella destinada a otros usos, beber siempre de vasos o tazas limpias y utilizar un cucharón para servirla, además de mantener una higiene adecuada en todos lo utensilios que la contengan. Lo más importante es hacer un uso eficiente de este recurso.

Tras la sobreexplotación de los acuíferos propios de la CDMX y el área metropolitana, su población depende de los recursos hídricos del Cutzamala, que aporta el 24 por ciento del agua potable que se consume en el Valle de México, es decir, provee de agua a 14 municipios y 13 alcaldías. “Este no es un hecho nuevo, ya que la reducción en el abastecimiento se ha presentado en el pasado, y ocurre de manera cíclica desde hace por lo menos 10 años”, afirmó el doctor Manuel Perló Cohen, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, al señalar que esta situación podría agravarse por las condiciones sociales, operativas y climáticas adversas.

“La crisis del agua que se avecina debe ser vista como un reto, pero también como una oportunidad para tomar hoy las acciones y políticas que nos permitirán mejorar nuestro sistema hídrico para hacerlo más equitativo, eficiente y sustentable”, indicó el especialista.

Una de las recomendaciones del doctor Perló Cohen fue crear un plan de manejo del sistema Cutzamala, el cual debe contemplar una gestión eficiente de la cuenca y una mejora en su mantenimiento, para lograr un uso más sostenible de los recursos disponibles dentro de la cuenca, pues los habitantes de la CDMX consumen 40 metros cúbicos por segundo.

El deterioro significativo en la calidad del agua por deforestación, expansión de la frontera agrícola sin prácticas adecuadas de conservación de suelo, el crecimiento de la población urbana y rural que no cuenta con servicios adecuados de alcantarillado y la falta de tratamiento de aguas residuales han sido algunos de los problemas que ha presentado el sistema Cutzamala, lo cual ha propiciado, entre otras cosas, la aparición de contaminantes, como antibióticos, broncodilatadores y otros fármacos que provienen de las descargas de aguas negras y que pueden afectar la salud.

Asimismo, las fugas en las tuberías son uno de los mayores problemas que se tienen que solucionar, pues el volumen de agua perdido por esta situación va del 35 al 40 por ciento.

Víctor Valencia y Samedi Aguirre