2° Congreso

“Eventos como éste nos ayudan a la reflexión y a plantear el estado del arte de los tópicos en educación como dónde nos encontramos, para dónde vamos, cuál es nuestro deber ser como médicos en el mundo y qué debemos de evaluar”, expresó el doctor Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, al inaugurar el 2° Congreso de Evaluación. Competencias e innovación en evaluación, en el auditorio “Dr. Raoul Fournier Villada”.

            Por su parte, la doctora Alicia Hamui Sutton, secretaria de Educación Médica de la Facultad y coordinadora del evento, habló de las competencias en educación y evaluación. “Desde la perspectiva del perfil de egreso, los planes de estudio buscan que los graduados estén preparados para desempeñarse profesionalmente en el sistema de salud y que respondan a la necesidad social. Esta visión influye en la manera en que se planifica la educación”, explicó.

            En el presídium, también estuvieron presentes los doctores Irene Durante Montiel, secretaria general de la Facultad de Medicina; José Halabe Cherem, jefe de la División de Estudios de Posgrado; Alberto Lifshitz Guinzberg, secretario de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social; Margarita Cabrera Bravo, coordinadora de Ciencias Básica, y Armando Ortiz Montalvo, jefe del Departamento de Evaluación Educativa de la Secretaría de Educación Médica.

Evaluación mediante simulación

La doctora Ingrid Soledad Armijo Rivera, académica de la Universidad Austral de Chile, habló sobre las formas de evaluación y cómo la simulación o la realidad aumentada mejoran las técnicas en Cirugía. También, explicó las ventajas y desventajas del Objetive Structured Clinical Examination (OSCE), sistema de evaluación de competencias clínicas por estaciones (departamentales), en que se miden en forma objetiva las competencias del ámbito cognitivo y procedimental, así como del uso de la realidad aumentada.

            “La recomendación es la formación secuencial de complejidad creciente y con una calificación coherente que exija resultados. Nosotros hemos evaluado con pacientes estandarizados, simuladores de cuerpo entero de alta tecnología y equipo de baja fidelidad, con el objetivo de que la habilidad tenga el menor peso curricular, porque en el fondo lo complejo son los conocimientos y las decisiones a tomar con los pacientes”, expuso la doctora Armijo Rivera.

Hace falta madurar en evaluación por simulación

Para complementar la conferencia magistral de la doctora Ingrid Soledad Armijo Rivera, se realizó una mesa redonda, coordinada por la doctora Angélica García Gómez, jefa de Simulación Clínica y Cursos Extracurriculares en la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, donde se discutió sobre los retos en evaluación, simulación y enseñanza clínica.

            “Realizar programas para aprender a través de la simulación requiere de mucho tiempo y de personal capacitado. En el contexto actual, esta técnica se ha utilizado en otras áreas de la salud, con un plan organizado, planeado y fundamentado. Entonces vamos por buen camino”, declaró la doctora Vianey Barona Núñez, responsable del Centro de Enseñanza por Simulación de Posgrado (CESIP) de la Facultad de Medicina.

            Por su parte, la doctora Ariana Cerón Apipilhuasco, coordinadora del Centro de Simulación para la Excelencia Clínica y Quirúrgica del IMSS, consideró que ha habido avances considerables en esta línea de enseñanza. “El siguiente paso será que veamos si eso tendrá una repercusión positiva en el paciente. Hasta ahora trabajar y capacitar a tanta gente, nos abre la pauta para saber si vamos por el camino correcto en simulación”, externó.

            El capitán Daniel Tejada Quiroz, jefe de Integración Clínica de la Escuela Médico Naval, habló de la preparación en su escuela y su cercanía con la UNAM. “Hay que enmarcar al médico general en un área de trabajo donde él se dé cuenta cómo resolver problemas y sobre todo que sepa afrontar todos los casos que va a recibir”, indicó.

“Es momento de pasar de aplicar la simulación a conocer el impacto que está teniendo en la clínica”, declaró la doctora Laura Hernández Gutiérrez, jefa del Departamento de Integración de Ciencias Médicas de la Facultad de Medicina, al considerar necesario un estudio sobre el impacto de esta técnica en casos reales.

            Por su parte, el doctor Rodrigo Rubio Lara, representante del Hospital ABC, mencionó que se requiere personal capacitado para aplicar escenarios de simulación que representen una dura prueba a los estudiantes, así como evaluaciones donde demuestren sus conocimientos.

Evaluación en el aula mediante estrategias didácticas innovadoras

Es evidente que los alumnos de hace 20 años no son los mismos de ahora, así como lo es también que una evaluación no puede ser formativa cuando: se utiliza una sola herramienta todo el tiempo, exposiciones y tareas para justificar la aparente participación de los alumnos sin llegar a la retroalimentación, calificar trabajos en equipo que han sido desarrollados de manera fragmentada, dejar actividades que no se vinculen con el contenido, poner castigos, tener faltas de respeto o una jerarquía exacerbada, señaló la maestra Selene Vargas García de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.

            Al respecto, el doctor Israel Martínez García, coordinador de Internado Médico de la Universidad Anáhuac, aseguró que “es fundamental no sólo resaltar que los estudiantes están adquiriendo los conocimientos necesarios en una materia, sino también preocuparnos en conocer realmente al alumnado, teniendo presentes los criterios que se utilizarán para su evaluación”.

Y es que establecer las tendencias de las estrategias didácticas en el aula a nivel mundial es una tarea muy compleja, ya que el desarrollo del conocimiento es exponencial; sin embargo, es un hecho que los recursos digitales son los que actualmente están marcando la diferencia, consideró el doctor Felipe Tirado Segura, académico en el Programa de Maestría y Doctorado en Psicología de la UNAM.

Por su parte, la doctora Liz Hamui Sutton, secretaria de Educación Médica de la Facultad de Medicina, mencionó que “uno de los retos en la enseñanza es conectar la parte teórica con la práctica y lo básico con lo clínico. A su vez, son dos los elementos principales por modular: los excesos de contenidos y los tiempos, para así permitir la introducción de nuevas estrategias dentro del aula”.

Finalmente, la doctora María Angélica Buendía Espinosa, presidenta del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, sugirió promover aulas justas, reconociendo a los estudiantes en una relación más horizontal. “Nuestros alumnos tienen distintos capitales culturales, económicos y sociales, y hay que enfrentar esas diferencias en el aula. Además, aceptar que la mayoría de los que hemos decidido ser profesores, en este contexto, no fuimos capacitados para ello, por lo que una formación docente es necesaria para no replicar patrones que se nos enseñaron cuando éramos estudiantes”.

Congruencia entre programas académicos y operativos

El doctor José Halabe Cherem, jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad, mencionó la necesidad de compaginar la teoría con la práctica, siendo el objetivo de la enseñanza el aprendizaje.

Hay que aprovechar las fortalezas de cada sede, eficientizar el uso de recursos humanos y tecnológicos por zonas geográficas en las distintas instituciones de salud, integrar videoconferencias con profesores expertos, incrementar el número de supervisiones por las partes académicas para disminuir las disparidades entre las sedes, aumentar la autoridad de los subcomités académicos para reforzar las áreas de oportunidad en los hospitales, y estimular la preparación pedagógica de los profesores”, resaltó el doctor Halabe Cherem.

Programas en las sedes clínicas

La vinculación entre ciencias básicas y clínicas fue otro punto que se analizó, ya que, en la mayoría de las universidades, pareciera que éstas son dos carreras distintas. “Cuando a las ciencias básicas se les concluye y aprueba es el momento para pasar a la clínica, el problema es que se hace inclusive olvidando a la primera”, advirtió el doctor Alberto Lifshitz Guinzberg, secretario de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social de la Facultad.

            La doctora Guadalupe Castro Martínez, directora de la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, agregó que “tenemos que dar un giro con el uso de estrategias innovadoras, para efectuar el aprendizaje en los alumnos, ya que si seguimos enseñando con el modelo tradicional no se logrará el desarrollo de las competencias y habilidades en los estudiantes como lo son el razonamiento clínico, aplicación del conocimiento, toma de decisiones, entre otras”.

A su vez, el doctor Halabe Cherem indicó que el proceso de evaluación debe ser justo, sin caer en relaciones jerárquicas o que generen conflictos a las partes, tratando de mejorar las condiciones en las que se imparte: “Se puede conjuntar una muy buena Medicina con un muy buen trato, del mismo modo que se puede estimular a cada uno de los profesores y contagiarlos de optimismo”, mencionó.

En su oportunidad, el doctor Octavio Sierra Martínez, director general del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, reflexionó que “si durante el pregrado no trabajamos para recuperar las condiciones humanas, de compromiso y de profesionalismo que debe tener un individuo para lograr ser un buen médico y profesor, no vamos por buen camino. Con base en lo anterior, debemos hacer las modificaciones necesarias para que el estudiante de Medicina sepa que en algún momento será docente”.

Evaluación en escenarios clínicos

La doctora Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del IMSS, resaltó la importancia de que las evaluaciones sean “planeadas, objetivas, justas, válidas y confiables, estandarizadas, colegiadas, integradas, coherentes, poco complejas, aceptables por el alumnado y los docentes, representativas, y prácticas”.

Asimismo, el procedimiento de evaluación se debe elegir de acuerdo con las características que se pretenden evaluar, y “debe ser realizada por todos los que participamos en el proceso educativo: profesores, jefes de servicio y pares”, apuntó.

Análisis integral en evaluación

Durante el 2° Congreso, realizado el 25 y 26 de septiembre, también se impartieron talleres sobre la evaluación de actividades confiables, competencias clínicas sobre simulación, autoevaluación, desempeño docente mediante la integración de un portafolio de evidencias, y estrategias innovadoras en evaluación de la práctica clínica en pregrado y posgrado.

El segundo día, los talleres estuvieron enfocados en los modelos de diagnósticos cognitivos aplicados a la evaluación de competencias clínicas, la comunicación dialógica médico-paciente y en el uso de nuevas tecnologías para evaluar los procedimientos médico quirúrgicos en licenciatura y posgrado.

            Al término de las actividades, la doctora Liz Hamui informó que durante el Congreso se realizaron seis mesas redondas y ponencias magistrales con 32 ponentes, 43 participantes en carteles, cinco mesas de trabajos libres, siete talleres con 156 personas, y hubo un total de 779 asistentes registrados.

Mariluz Morales y Eric Ramírez