Las proteínas son blancos para el desarrollo de nuevas terapias, pues ejercen distintas funciones en las células como receptores, enzimas mensajeras, ya sea como moléculas transductores o algunas hormonas, aseguró el doctor Marco Antonio Velasco Velázquez, investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“Para una enfermedad particular debemos conocer cuáles son los componentes que participan y cuáles pueden contrarrestarlas, por ejemplo, en enfermedades del sistema cardiovascular o del sistema nervioso central. Entonces, dado que conocemos cada vez más de la participación de moléculas en diversas dolencias, al principio podríamos considerarlas blancos para la generación de nuevos tratamientos”, explicó el investigador durante su conferencia magistral en línea “Diseño de fármacos anti-cáncer basado en la estructura de proteínas”, como parte del ciclo “Fronteras en Farmacología”.

Actualmente, entre 600 y 700 proteínas del ser humano han sido explotadas como blancos para crear fármacos, apuntó. En el caso del cáncer, las proteínas relevantes son las relacionadas con la adquisición de características comunes a diversos tipos de neoplasias. Un ejemplo es la proteína P53, que está alterada en un porcentaje muy alto de tumores, sin importar cuál es el tipo celular que dio origen a ellos.

“En el 2017, había reportados 154 fármacos con actividad antineoplásica; sin embargo, no todos ejercen sus funciones interactuando con proteínas. Dentro de los fármacos antineoplásicos tenemos unos que conocemos como terapia no específica, y éstos realizan su función afectando los procesos bioquímicos que controlan el ciclo celular”, expuso el doctor Velasco Velázquez en la actividad organizada por el Departamento de Farmacología.

Dos de los ejemplos más destacados de nuevos blancos que pueden explotarse para desarrollar terapias contra el cáncer son las proteínas CD36 y CD49f. La primera se exprese en la población de células troncales en glioblastomas. Se sabe que también regula la proporción de células iniciadoras de metástasis, y no sólo las que son capaces de dar lugar a tumores primarios, sino a tumores secundarios.

Por su parte, la CD49f, se expresa en células troncales de cáncer de mama. Se ha identificado que las personas que tienen altos niveles de la proteína tienen una probabilidad más baja de sobrevivir, con respecto a los pacientes que tienen bajos niveles de expresión.

“Muchas proteínas juegan roles importantes en el desarrollo de enfermedades. Conocemos blancos que regulan la troncalidad en células cancerosas, los cuales pueden dar lugar a nuevas terapias que ataquen las enfermedades neoplásicas”. Dr. Marco Antonio Velasco Velázquez

Para esas dos proteínas, el Laboratorio de Farmacología Molecular que dirige el doctor Velasco desarrolla nuevos inhibidores empleando estrategias computacionales y posteriormente ensayos en cultivos celulares y en modelos animales. Por ejemplo, recientemente el grupo descubrió que el antiasmático pranlukast es un eficiente inhibidor de CD49f, lo cual ha generado una solicitud de patente.

Eric Ramírez