La demanda que implica el cuidar de otros y los desafíos que día a día vive el personal de salud en la práctica médica resultan naturalmente agotadores. Estos desafíos pueden ser a veces superados eficientemente y en otras ocasiones se presentan situaciones que se escapan del ámbito de injerencia de la Medicina, pudiendo generar agotamiento, frustración y duda.

“Existe una realidad documentada por la literatura científica, el burnout o síndrome de desgaste ocupacional consecuencia del estrés laboral crónico, está caracterizado por un estado de agotamiento emocional, un distanciamiento personal, tanto del equipo de trabajo como de los pacientes y familia, acompañado de una sensación de no hacer adecuadamente su trabajo, con una pérdida de habilidades para la comunicación y, por otro lado, se tiene una práctica, ampliamente documentada por la literatura científica, que puede brindar beneficios importantes a las personas que la practican dentro del entorno médico”, señaló el instructor de prácticas contemplativas, Alberto Fonseca Roa de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM.

“El impacto del estrés ha sido notable en los médicos en formación, por otro lado, estas generaciones más jóvenes de personal médico han dispuesto el integrar, tanto en la práctica profesional como en su vida diaria, técnicas y recursos que les permitan acceder a ellos y a sus pacientes a un bienestar mayor, una de estas herramientas es el mindfulness”. Mtro. Alberto Fonseca Roa

A través del proceso de mindfulness, descrito por la doctora Shauna Shapiro como un modelo de tres componentes esenciales: intención, atención y actitud, es posible lograr la capacidad de generar un espacio entre la experiencia y el individuo, de modo que se pueda desactivar la percepción y evaluación discursiva automática y, con ello, modificar hábitos reactivos que resultan poco funcionales para el bienestar, destacó el especialista.

“A nivel cognitivo logramos mayor flexibilidad, lo que permite ir más allá de ideas fijas, patrones de pensamiento y conductas poco objetivas, el mindfulness puede convertir el disconfort y la incertidumbre en curiosidad e investigación, ver las dificultades como retos, en vez de verlos como amenazas, abriendo el camino a la esperanza y hacia la perspectiva de oportunidad y desafío”, apuntó el maestro en meditación y mindfulness.

Durante la clase “La práctica de mindfulness en el entorno médico”, transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina, el maestro Fonseca realizó con los espectadores diversos ejercicios guiados de meditación y destacó que cuando el componente actitudinal del mindfulness es desarrollado en la práctica formal de la meditación y en el momento a momento de los días, florece una actitud más amable hacia nosotros, hacia los demás y hacia la vida, volviéndonos más conscientes de la realidad de la vida con todo su sufrimiento y su alegría.

“Esta conciencia y amabilidad bondadosa se conjugan para dar paso al desarrollo de la compasión, en el sentido de la preocupación y cuidado cuando nos vemos enfrentados al sufrimiento y buscamos aliviarlo, vital en el ejercicio de la Medicina humana”, concluyó el experto.

Victor Rubio