El virus del papiloma humano (VPH) posee una estructura proteica llamada cápside en forma de icosaedro y en su interior contiene su genoma de DNA, está ampliamente distribuido en la naturaleza y causa un diverso rango de lesiones epiteliales; además, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la infección por VPH es la más común de las enfermedades de transmisión sexual y existen aproximadamente 35 tipos que resultan de interés médico, ya que se han identificado como los responsables del desarrollo de lesiones benignas y malignas en el tracto anogenital de hombres y mujeres; de éstos, los más comunes son el tipo 6, 11, 16 y 18.

El doctor Joaquín Manzo-Merino, investigador del Instituto Nacional de Cancerología, resalta que “la importancia de este virus radica en que es capaz de producir ciertos tipos de cáncer si no se detecta y elimina a tiempo, se puede transmitir mediante el contacto de la piel o mucosas infectadas a través de microheridas y su principal forma de contagio es la vía sexual”. Además, existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contraer la infección, como el inicio temprano de la vida sexual, múltiples parejas sexuales, el tabaquismo y el uso inadecuado de preservativos.

La infección por el VPH suele pasar desapercibida en la mayoría de las personas infectadas y se calcula que alrededor del 80 por ciento de la población tuvo, tiene o tendrá esta infección a lo largo de su vida; aunque de acuerdo con las estadísticas, sólo el 1 por ciento de estas infecciones llegará a producir cáncer.

“El VPH puede manifestarse como verrugas en el tracto anogenital y oral, así como algunos tipos de cáncer, y en infantes que se infectaron al momento del parto puede provocar papilomatosis respiratoria recurrente, aunque es poco común”, señala el doctor Manzo-Merino.

Asimismo, cuando la infección por VPH persiste durante largo tiempo, existen cambios en las células infectadas que promueven la aparición de cáncer, convirtiéndolo en el principal causante de cáncer cervicouterino, además de estar involucrado en otros tipos de procesos malignos, como cáncer de vulva, vagina, pene, ano y cáncer de cabeza y cuello, estos dos últimos sobre todo en varones jóvenes, por lo que es de gran importancia establecer estrategias para detectar la infección en poblaciones de riesgo, a fin de prevenir casos de cáncer.

Adicionalmente, señala que la presencia del VPH en la población es alta, donde cerca de un 50 por ciento de los individuos jóvenes son propensos a infectarse. Aunque estos puedan eliminar la infección sin ninguna consecuencia, existe la posibilidad de volver a contraerla debido a la alta circulación de este virus en la población.

Por lo anterior, el especialista recalca la necesidad de conocer las alteraciones que el VPH produce y su potencial prevención mediante la vacunación, sobre todo en población con alto riesgo de contraer la infección por este virus, y concluye que la vacuna es la mejor opción de prevención, pues es capaz de disminuir el número de contagios, destacando la importancia de construir una sólida campaña de vacunación combinada con la detección oportuna de esta infección.

Victor Rubio