En una tarde de música y recorrido por la historia de diferentes piezas, el maestro Omar Guevara Sánchez, violinista catedrático de la escuela de Música “Vida y Movimiento” del Centro Cultural Ollin Yoliztli, dedicó su charla-concierto a los médicos. “Ellos son los verdaderos héroes de este país en estos tiempos tan álgidos en cuestión de salud; este concierto es para todo el gremio, los estudiantes, los que están por graduarse, los que empiezan y los que llevan ya años de trayectoria poniendo en alto el nombre de este país a través de sus conocimientos”, afirmó.

Su concierto inició con Sonata para violín solo No. 2 en La menor, pieza del compositor alemán Johann Sebastian Bach, quien fue organista de profesión, pero violinista por afición, su nivel de composición era tan vasto y virtuoso que, al momento de construir estas obras, solamente las podía interpretar.

“Decidimos poner a este recital ‘El violín vagabundo’ porque precisamente la música y la vida nunca se están quietas en un solo punto; si los compositores, si nosotros los intérpretes no encaminamos este sentido de la búsqueda a través de los olores y de los colores de otros países, sería muy complicado llegar a un punto maduro a la hora de interpretar una pieza”, detalló el experto en su charla transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina.

El maestro Guevara Sánchez recordó que otro tema recurrente en las obras de todos los compositores, sin importar el instrumento, es el del amor y el desamor. Por ello, interpretó Legend, Opus 17 del compositor y violinista polaco Henryk Wieniawski, cuya pieza nace “cuando Henryk pide la mano de su prometida y los padres de él se oponían rotundamente al matrimonio, por lo que, al escucharla, ellos comprenden las emociones de su hijo y finalmente le dan la venia para casarse”, describió.

Para continuar con el concierto ejecutó Meditación, un pequeño intermedio musical de la Ópera Thaïs que se toca al principio del segundo acto, la cual fue compuesta por el francés Jules Massenet, un importante operista de la época del Romanticismo, y está basada en la novela Thaïs de Anatole France, que habla de la vida de una cortesana egipcia que se convierte al cristianismo.

Otras de las obras interpretadas fueron Capriccio Polaco,que trata de una plegaria de amor y fue escrita por Grażyna Bacewicz, compositora, pianista y violinista polaca, quien en sus composiciones incorporó elementos folclóricos y la libertad de escritura; y El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns, un virtuoso pianista, intelectual y estudioso de la geología, la arqueología, la botánica y la entomología; esa pieza la realizó mientras estaba de vacaciones y dispuso que se publicara hasta después de su muerte.

Para concluir, el maestro Guevara Sánchez interpretó dos canciones más: Zardas, compuesta por Vittorio Monti y basada en una danza folclórica húngara,Cinema Paradiso, que ejecutó en honor del compositor Ennio Morricone, quien falleció hace algunos meses.

Janet Aguilar