Tau es una fosfoproteína asociada a microtúbulos; su función es promover el ensamblaje de tubulina en los microtúbulos, que son las vías para el transporte axonal, y si éstas son normales, el transporte se realiza eficientemente, pero si las vías se rompen, empieza el proceso de neurodegeneración, explicó la doctora Alejandra del Carmen Alonso, profesora del Departamento de Biología del College of Staten Island, Center for Developmental Neuroscience, City University of New York.

En el Seminario de Investigación de Fisiología, presentado por la doctora Virginia Inclán Rubio, jefa del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, la ponente indicó que “en condiciones normales, debido a la acción de quinasas, se adiciona fosfato a tau, formando P-tau, y las fosfatasas remueven el fosfato de esta proteína. En condiciones patológicas existe un desplazamiento del equilibrio hacia la hiperfosforilación de tau (PH-tau), esta forma fosforilada no se une a tubulina, sino que se une a tau, sacándola de los microtúbulos y rompiéndolos, imposibilitando así el transporte axonal normal. Tau hiperfosforilada cambia la conformación de tau normal y la vuelve una proteína tóxica, multiplicando su efecto”.

Sobre la relevancia clínica de los mecanismos patológicos relacionados a esta proteína, la investigadora comentó que existen muchas enfermedades neurodegenerativas asociadas a tau, como Alzheimer, parkinsonismo postencefalítico, esclerosis lateral amiotrófica, parálisis supranuclear progresiva, degeneración corticobasal, enfermedad de Pick, demencia frontotemporal, distrofia miotónica, enfermedad de Niemann-Pick tipo C, demencia pugilística y la encefalopatía traumática crónica, entre otras.

Por otro lado, señaló que en Alzheimer más del 95 por ciento de los casos ocurren sin mutaciones conocidas y sólo 5 por ciento restante está relacionado a mutaciones de APP, PS1 y PS2, destacando que la neurodegeneración se puede seguir con anticuerpos contra proteína tau y que se trata de un proceso lento que empieza con acumulación de gránulos en el cuerpo neuronal alrededor del núcleo, y termina con la muerte neuronal y la aparición de depósitos en donde antes había una neurona presente.

“El 5 por ciento de los casos de Alzheimer está asociado a mutaciones del péptido beta amiloideo y por un tiempo se le dio mucha relevancia a la presencia de esta lesión; sin embargo, este mecanismo también está presente en el proceso de envejecimiento normal y en otras enfermedades que acumulan amiloide, pero no está relacionada con demencia. Pero si hay problemas en la proteína tau que pueden estar presentes en ausencia del péptido beta amiloide, se produce degeneración neurofibrilar y demencia”, resaltó la experta.

Indicó que la patología de tau es primaria en la degeneración en Alzheimer, la fosforilación anormal de tau es un evento temprano en el desarrollo de la enfermedad y tau puede transferirse de una neurona a otra, y esta transferencia depende de receptores muscarínicos. “Los nuevos modelos de neurodegeneración que proponemos se pueden usar para descubrir nuevos objetivos para detectar o detener la progresión de la enfermedad y también nos ha permitido proponer algunos tratamientos, como reducir los niveles de tau anormal o prevenir la aparición de tau hiperfosforilada y, como la patología puede transferirse de una neurona a otra por los mecanismos mencionados, se podría tratar de evitar la liberación de tau de una neurona, capturar a tau en el espacio extracelular o bloquear su entrada anormal a las neuronas”, destacó la investigadora.

Victor Rubio