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Escuchar música tiene diferentes beneficios para nuestra salud, es capaz de cambiarnos el estado de ánimo si estamos tristes, de reducir el estrés y de hacernos sentir mejor. Pero para Erik Yeicatl Negrete Rubio, estudiante de la Licenciatura en Fisioterapia, la música es una forma de expresión.

“No soy bueno mostrando mis emociones y la música es el medio que mi alma usa para expresarse, cada nota que toco es mi alma diciendo algo que verbalmente no sé explicar”, aseguró.

Su gusto por la música surgió a los tres años y desde ese momento su sueño fue despertar en la gente que lo escucha la energía y las emociones a flor de piel que experimenta al escuchar a sus artistas favoritos.

Yeicatl toca la guitarra y canta, aunque también tiene conocimientos básicos de piano, batería y bajo; aprendió a tocar estos instrumentos de manera autodidacta, ya que tiene una condición llamada oído absoluto, que se ha definido como una capacidad humana para identificar la frecuencia de un estímulo auditivo aislado sin la ayuda de un estímulo auditivo referencial, es decir, él es capaz de leer fácilmente los sonidos.

“La música me inspira vida, energía y sobre todo juventud”, señaló. Sus artistas favoritos y de quienes se inspira son Coldplay, U2, Tears for fears y Keane; y de los guitarristas, The Edge (de U2), David Gilmour, Brian May y Mateus Asato. Ha compuesto música junto a su banda Roustand y también hizo una canción para el cortometraje Brillará el sol; además, se han presentado en el Monumento a la Revolución, en la televisión y en varios foros.

De sus planes a futuro en la música afirmó que “el plan principal es nunca dejarlo, es parte de mi vida y mi idea es seguir componiendo, ya sea de manera individual o con mi banda, música que logre trascender”. La musicoterapia es para él una forma de combinar su gusto por la música y su carrera, “aunque todavía tiene un campo de investigación amplio, se han demostrado efectos terapéuticos que funcionan en diferentes tipos de pacientes”, apuntó.

Janet Aguilar