Visión borrosa, distorsionada, que no permite leer o percibir rasgos, puede tratarse de degeneración macular, un proceso que afecta, sin llegar a la ceguera, la parte central de la retina que es la de mayor visión, explicó el doctor Fernando Castillo Nájera, académico de los departamentos de Salud Pública y Cirugía de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
“En la mácula están concentradas la mayor parte de las células que permiten la identificación del color y los detalles”, dijo al señalar que la enfermedad está asociada, con más frecuencia, a mayor edad, aunque también puede presentarla cualquier persona a partir de los 30 años.
“Podemos hacer una prueba muy general para examinar la mácula, viendo un cuaderno cuadriculado, nos cubrimos un ojo y hay que determinar si vemos distorsionado o notamos la ausencia de algunas líneas”, dijo el experto. Sin embargo, hizo énfasis en que este pequeño examen no sustituye el diagnóstico profesional.
Por su parte, la doctora Adriana Hernández López, coordinadora de Investigación en el Departamento de Cirugía de la FM, señaló que el tabaquismo, la hipertensión y los factores vasculares o de irrigación están asociados a la degradación macular, así como la dieta. “Se habla incluso de que la gente del Mediterráneo, por su alimentación, no padece de degeneración macular relacionada con la edad”. Además del tratamiento quirúrgico o farmacológico, se considera dar antioxidantes, carotenoides como la luteína, y vitaminas recetadas por un especialista.
Mariana Montiel