Para lograr estimular o inhibir la movilidad de los espermatozoides al interior del sistema reproductor femenino, el doctor Víctor Manuel Torres Flores, responsable del Laboratorio de Biomembranas del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, estudia los mecanismos que la regulan, particularmente, la temperatura.
Durante su recorrido para llegar al ovocito, el espermatozoide atraviesa tres etapas: la activación e hiperactivación de la movilidad, la capacitación espermática y la reacción acrosomal.
Al interior del epidídimo -tubo situado en la parte posterior de cada testículo que conecta con los conductos deferentes-, los espermatozoides permanecen en reposo; su movilidad inicia cuando se desplazan a través del tracto reproductor femenino.
En el recorrido intrauterino, que tiene una duración de entre cuatro y seis horas, los espermatozoides sufren una serie de cambios bioquímicos y biofísicos, determinados por el pH de las secreciones vaginales, el desprendimiento de plasma seminal -contiene los nutrientes y regula el metabolismo de los espermatozoides-, el grado de acidez del medio y la temperatura, los cuales permitirán que se realice la fecundación. En la reproducción asistida, dichos factores son simulados con medios que contienen diferentes nutrientes, entre los que destacan bicarbonato, albúmina y calcio.
“El efecto de la incubación a temperatura ambiente (25-28°C) en la capacitación de los espermatozoides no ha sido completamente descrito”, asegura el doctor Torres Flores al indicar que el tracto genital femenino tiene una temperatura promedio de 37°C y que el objetivo de su proyecto es capacitar a los espermatozoides a temperatura ambiente para facilitar la fertilización en la reproducción asistida.
Para su investigación, ha trabajado con muestras de semen, obtenidas, bajo consentimiento informado, del Centro Especializado en Esterilidad y Reproducción Humana del Hospital Ángeles México, así como con donaciones de los estudiantes de la FM.
Hasta el momento, el doctor Torres Flores ha comprobado que no existen diferencias significativas en la concentración de calcio intracelular entre los espermatozoides incubados a 25 y a 37°C, y continúa con su estudio para conocer el efecto de la temperatura en la fosforilación de proteínas y la reacción acrosomal -unión entre la zona pelúcida del ovocito y el acrosoma del espermatozoide-.
En teoría, en las clínicas de asistencia reproductiva, los espermatozoides se capacitan a 37°C; sin embargo, la manipulación desestabiliza su temperatura, lo que ocasiona que se encuentren a 30 y, en ocasiones, a 20°C y se reduzcan sus probabilidades de lograr la fecundación.
“La regulación de la temperatura nos permitiría tener mayor control sobre la movilidad espermática. De esta forma, resultaría posible aplicar fármacos que permitan no sólo estimular, sino también inhibir el movimiento de los espermatozoides, para más adelante, facilitar el desarrollo de un anticonceptivo masculino eficaz y saludable”, concluye el investigador.
Valeria Cuatecatl