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— Psiquiatría UNAM (@PsiquiatriaUnam) 24 de agosto de 2018
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, mejor conocido como TDAH, es el más frecuente en niños y adolescentes. Pero, a menudo, padres y maestros tienen sospechas del padecimiento sin fundamentos reales.
“Desafortunadamente, en la actualidad, pareciera que todo lo que se mueve y habla en exceso es TDAH. Pero este trastorno está muy bien descrito; tiene 18 síntomas, y para que un niño sea diagnosticado, debe ser valorado por un experto que le detecte al menos seis síntomas de atención y seis de hiperactividad e impulsividad. Además, hay otro aspecto importante: la disfunción que le está generando este problema”, señaló el doctor Emmanuel Sarmiento Hernández, jefe del Servicio de Admisión Continua del Hospital Psiquiátrico Infantil “Juan N. Navarro”.
El especialista aseguró que entre el 60 y el 65 por ciento de los casos que son referidos desde las escuelas al Hospital no padecen TDAH, sino que se trata de niños que no han tenido un adecuado manejo de reglas y límites o que tienen un trastorno de conducta.
Aunque el 60 por ciento de los casos de TDAH tienen comorbilidad con los trastornos de conducta, como el negativista desafiante, el disocial, depresivo o de abuso de sustancias, “eso no significa que sea sinónimo de ‘me va a ir mal’”, refirió el doctor Sarmiento Hernández, quien subrayó la importancia de desestigmatizar el trastorno mediante la psicoeducación.
“El paciente con trastorno psiquiátrico siempre ha sido un tema. Los niños son señalados por sus compañeros, padres y profesores. Les avergüenza decir que van con un psiquiatra, se les echa la culpa de todo y se enfrentan a las burlas. ¿Por qué no se burlan de alguien con diabetes, por ejemplo? Porque se tiene información, se conoce la enfermedad. Es importante explicarles a los niños que no ‘están locos’, ni se ‘portan mal’, que hay causas biológicas y genéticas que influyen en su padecimiento, pero puede tratarse”, manifestó.
Parte de la psicoeducación es desmitificar, con los padres y maestros, las medidas farmacológicas, pues sienten temor respecto a los efectos secundarios o la adicción que puedan generar.
“Existe más riesgo de tener problemas de abuso de sustancias en alguien con TDAH que no toma su medicamento que en alguien que lo toma”, aseguró al destacar que los fármacos, a la par que la psicoterapia, son parte importante del tratamiento multimodal, explicó durante el ciclo “Todo lo que siempre quisiste saber y no te atrevías a preguntar”, organizado por el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental.
Mariana Montiel