En México cada día se cometen más de siete feminicidios. De acuerdo con ONU Mujeres, se estima que sólo el 10 por ciento de los casos ha recibido una sentencia condenatoria. Mientras que en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas, la cifra ya rebasa a las 34 mil personas.

Ante este panorama, en la tercera sesión del Seminario “Bioética y Ciencia Forense”, organizado por la Licenciatura en Ciencia Forense (LCF), se discutió el tema “La Antropología en las periciales de la desaparición, feminicidio y violen-
cia de género”.

La maestra Ximena Antillón Najlis, investigadora del Centro de Análisis e Investigación Fundar, relató que la desaparición forzada implica la detención, el ocultamiento y la negativa de dar información sobre una persona, lo que incluye la destrucción de los restos.

La especialista explicó que a medida que la Ciencia Forense va avanzando y perfeccionando las técnicas de identificación, las tecnologías de la desaparición también lo hacen y se crean fenómenos sociales en los que los familiares de las personas desaparecidas se ponen en riesgo para encontrarlas, impulsando programas de búsqueda que apoyen al proceso de duelo.

“La Ciencia Forense tiene una participación muy importante en términos de la verdad y la justicia para que las evidencias se conviertan en pruebas y luego en procesos penales. También juega un papel fundamental en los procesos de elaboración del duelo, pues en la desaparición forzada no se tiene certeza de una pérdida permanente, lo que significa un impacto traumático para la familia y la sociedad”, aseguró.

“En el contexto social en el que se encuentra México, es muy importante la formación de profesionales en Ciencia Forense para que estas búsquedas no recaigan en los familiares; y que generen confianza. Esto será un aporte para que este país pueda saldar sus deudas con las víctimas de la desaparición forzada”, afirmó.

En este sentido, la maestra Serena Chew Plascencia, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, advirtió que “el peritaje antropológico sirve para la construcción discursiva, epistemológica de la realidad social y de la justicia, incluso normativa, y la construcción de leyes en torno a la verdad y la justicia”.

Recalcó que la LCF toma relevancia ante la coyuntura que vivimos en México y agregó que “el peritaje antropológico, físico y cultural resulta indispensable para lograr un proceso de pacificación”.

Por su parte, la doctora Laura Saavedra Hernández, académica del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, invitó a reflexionar sobre la importancia que tiene el trabajo forense y su impacto social y político dentro del contexto en el que vivimos, siempre teniendo presente la ética profesional, los derechos humanos, a las víctimas y a sus familias.

Samedi Aguirre