Las investigaciones y tratamientos para combatir el cáncer de mama han alcanzado grandes avances, indispensables por el impacto que genera a la salud. Esta enfermedad oncológica se coloca como una de las principales entre las mujeres de todo el mundo y se estima que cada año aparecen aproximadamente 2 millones de casos nuevos, provocando más de 626 mil muertes, por lo que es la principal causa de defunción en más de 100 países.

Al respecto, el doctor Pablo Damián Matsumura, investigador del Departamento de Biología de la Reproducción de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa, explicó que los estrógenos son un grupo de hormonas sexuales que están asociados al 80 por ciento de los casos de cáncer de seno, lo que evidencia su papel en la enfermedad y que pueden ser utilizados para mejorar las respuestas a las nanoterapias.

Durante su participación en el Seminario de Investigación del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina, resaltó que las nanopartículas de oro (AuNP) son moléculas sumamente pequeñas que han sido utilizadas en estudios como potentes alternativas terapéuticas debido a su alta biocompatibilidad, tamaño, estabilidad química y propiedades ópticas únicas.

“Las AuNp por sí solas generan rugosidades en las células cancerosas, pero no así en las sanas; en tanto que el estradiol produce cambios en las membranas celulares e induce la formación de endosomas, permitiendo la entrada de fármacos de una manera más rápida”, comentó.

Ahora bien, al conjuntar los estrógenos y las AuNP se suscita un sinergismo que aumenta la rugosidad de las células enfermas, por tanto permite que una mayor cantidad de nanopartículas entren, logrando un efecto más potente.

“Para su empleo deben calcularse concentraciones de oro AuNP y de los demás componentes, además de determinarse tiempos de acción, ya que si se llegan a sobrepasar los parámetros señalados, se dañarán todas las membranas celulares y el tratamiento no podrá diferenciar células cancerosas de las sanas, atacando finalmente a ambas”, advirtió el investigador.

Respecto a la interrogante de cómo se introducirán las AuNP al cuerpo, el doctor Damián Matsumura comentó que al ser una investigación en fase experimental, hasta el momento no se ha practicado en organismos vivos; sin embargo, se está trabajando para poder realizarlo en modelos, como embriones de pollo.

“Se prevé que la terapia, al manejar partículas que no son perceptibles a simple vista, no se podrá aplicar por vía oral, tampoco lo será por vía sistémica dado que las AuNP podrían acumularse y desencadenar nefrotoxicidad; por tanto, la alternativa propuesta es la vía tópica”, concluyó el ponente.

Mariluz Morales