El VIH ha cobrado la vida de alrededor de 32 millones de personas desde 1981 y hasta la fecha; por otro lado, actualmente se sabe que existen aproximadamente 520 mil defunciones por COVID-19, convirtiendo a estas dos enfermedades infecciosas y emergentes en las dos epidemias virales con más defunciones de los últimos 50 años, en el mundo.

Basado en un texto escrito en conjunto con el maestro en Salud Pública Enrique Bravo, el doctor Carlos Magis Rodríguez, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que al principio de esta epidemia se hicieron comparaciones con el VIH respecto al manejo y el comportamiento alrededor de esta enfermedad, proceso influido por factores sociales no precisamente positivos, como el estigma, el cual aumentó la vulnerabilidad de ciertos grupos poblacionales, donde, por un lado, existió una fuerte discriminación hacia hombres con orientación homosexual, como ahora sucede con la COVID-19 hacia personas originarias de algunas regiones de Asia y China.

“Sabemos que los cambios de comportamiento que disminuyen la transmisión son diferentes en estas enfermedades, y que dichos cambios en la población modificaron la trayectoria de transmisión en el VIH y lo harán con la COVID-19; por un lado para el VIH, el comportamiento sexual y el compartir jeringas fueron los principales factores a modificar; mientras que para el SARS-CoV-2, la distancia física, el uso de cubrebocas y el lavado de manos están teniendo un impacto importante para evitar la transmisión de esta enfermedad”, señaló.

Por otro lado, durante la charla “La experiencia de la epidemiología del VIH y su aplicación a la epidemia del SARS-CoV-2 en México”, transmitida por Facebook Live de la Facultad de Medicina, el doctor Magis Rodríguez recalcó el impacto de algunos puntos cruciales que modificaron de manera significativa la epidemiología en México sobre estas dos enfermedades, como la liberación al público de la base de datos de COVID-19, la creación del Registro Nacional de Casos de COVID-19 (RNCCo), el papel del Sistema de Administración, Logística y Vigilancia de Antirretrovirales (SALVAR), las estimaciones de infección por VIH y SARS-CoV-2, los estudios en mortalidad y la cascada de la atención del VIH y su posible utilidad en esta pandemia, señalando la importancia de los aprendizajes que han surgido de ambos eventos.

Finalmente, el profesor Magis Rodríguez indicó que pensar en manejar a la COVID-19 a partir de cuatro ejes, estimación, detección, atención y supervivencia, tomando de referencia la cascada de la atención del VIH implementada por el CDC, podría permitir tener una visión más completa de la epidemia.

Victor Rubio