En México la violencia de género es uno de los problemas al que gran parte de la población se ve expuesta, principalmente las mujeres, por lo que es importante denunciarla para poder erradicarla y tomar medidas para prevenirla.
“La violencia de género es cualquier acción u omisión contra una persona derivada de su condición de género, orientación y/o preferencia sexual que resulte en daño, malestar o sufrimiento físico, psicológico, patrimonial, económico, sexual o que ocasione la muerte”, explicó la maestra Ena Eréndira Niño Calixto, jefa del Programa de Sexualidad Humana PROSEXHUM de la Facultad de Psicología de la UNAM, durante su participación en el Seminario Permanente de Género y Salud, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“La forma en que se manifiesta la violencia puede ser psicológica cuando dañan tu autoestima; sexual, cuando se apropian de tu sexualidad; simbólica, que implica el reforzamiento de los roles de género y estereotipos; o incluso patrimonial o económica, donde se apropian de tus bienes”, detalló la maestra Niño Calixto. Sus características son la invisibilidad, intangibilidad y que es inmensurable, al ser una situación subjetiva. Asimismo, se entrelazan momentos de arrepentimiento, paz y amor provocando dificultad para concientizarla, miedo y angustia constantes, falta de denuncia de la víctima y, por lo tanto, se toma el control de su vida.
La UNAM creó el “Protocolo (amigable) para la atención de casos de violencia de género”, disponible en https://bit.ly/35Z0QoR, con el fin de enfrentar los casos presentados en la Universidad. En él se establece que para determinar un acto como violento se debe valorar la acción y el comportamiento derivado de estereotipos de género, el daño de acuerdo con la persona que lo recibió, la asimetría de poder, las consecuencias y el contexto.
Para poder activar el protocolo, el suceso debe ocurrir en instalaciones universitarias, aunque se puede seguir si están involucradas personas pertenecientes a la comunidad y el acto fue cometido fuera de las mismas; asimismo, la queja debe presentarse lo antes posible, pero no hay plazo específico.
“El protocolo cuenta con cuatro principios que rigen la atención de los casos: la diligencia, la confidencialidad, la información adecuada explicando los procesos, y la accesibilidad para realizarlos”, explicó la especialista. Las instancias competentes son todas aquellas derivadas de la Oficina de la Abogacía General responsables de registrar todas las quejas y procedimientos, coordinar, asesorar la atención y dar seguimiento a los casos; además, deben proporcionar contención, apoyo psicológico y acompañamiento.
El procedimiento está formado por tres etapas: el primer contacto u orientación; la presentación de la queja e inicio del proceso formal que derive en una sanción, o alternativo con un enfoque restaurativo, que puede llegar a resolverse con un acuerdo entre ambas partes; y la tercera es el seguimiento y la resolución del caso. Las autoridades se remiten a las disposiciones de la Legislación Universitaria, el Estatuto General de la UNAM y los Contratos Colectivos de Trabajo para establecer procedimientos disciplinarios para los alumnos y procedimientos de investigación administrativa para docentes y trabajadores. La resolución derivará en las sanciones correspondientes a cada caso: amonestación, suspensión o expulsión para estudiantes; y el retiro de las actividades docentes o cambio a otras labores en el caso de trabajadores.
Axel Torres