En la operación de la Unidad Temporal COVID-19, una de las áreas más importantes es la de hospitalización, que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Entre sus tareas está la de realizar una evaluación inicial, la historia clínica, exploración física, solicitar estudios auxiliares diagnósticos, notas médicas, rehabilitación pulmonar del paciente y seguimiento.
El doctor Arturo Rodríguez Galván, quien se desempeña en esa área, apuntó que tienen que actuar rápido: “Recibimos a los enfermos y dependiendo de cómo vengan determinamos si debe permanecer en hospitalización, en la terapia intermedia o pasar a terapia intensiva”.
Del mismo modo, la hospitalización tiene la misión de mantener aislados a los enfermos, con los cuidados requeridos y en constante monitoreo para que no se compliquen; en caso contrario, actuar de manera oportuna para salvar la vida del paciente.
El estandarte de esta Unidad ha sido la relación médico-paciente. He laborado en tres hospitales y puedo decir que este centro tiene humanismo, magia y corazón. Es un lugar donde médicos pasantes y egresados, la mayoría de la Facultad de Medicina de la UNAM, atienden a los pacientes con empatía, respeto y energía para sacarlos adelante.
Dr. Arturo Rodríguez Galván
Él fue uno de los primeros trabajadores de esta Unidad, y durante su estancia ha prestado sus servicios en hospitalización, epidemiología y seguimiento; además, ha dado capacitaciones a los nuevos médicos que se han integrado y pláticas a representantes de otras instituciones, ha ayudado en la creación de protocolos y coordinado a médicos para tener un lugar de descanso gratuito y cercano a la Unidad.
“El principal reto que he enfrentado es combatir una enfermedad de la que no se sabía nada. Hoy ya se tiene certeza de lo que es el virus, lo que hace y los procesos inflamatorios; se le conoce molecularmente y cuáles sistemas ataca. Se tiene mayor conocimiento”, destacó.
Asimismo, resaltó la exigencia de esta Unidad por mantener actualizado a su personal con los artículos más recientes, a no dejar de aprender y actuar bajo la normatividad de la Secretaría de Salud. “Todo lo que yo soy y lo que pude aportar a este proyecto se lo debo a mi Universidad y a la Facultad de Medicina. Como dice el lema de la UNAM: ‘Por mi raza hablará el espíritu’, y es verdad, el espíritu de sus médicos está hablando por la raza mexicana. Ese espíritu de compromiso, empatía, respeto y ánimo para combatiresta pandemia están aquí”, afirmó el doctor Rodríguez.
Eric Ramírez