De acuerdo con Morris y Rushwan (2015), hay cuatro retos globales que enfrentan la mayoría de los países en materia de salud sexual y reproductiva: embarazo en adolescentes, uso insuficiente de métodos anticonceptivos, abortos inseguros y enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH.
“Actualmente la legalización del aborto es un tema controvertido. Muchos países lo han despenalizado, sin embargo, cerca de un 39 por ciento del total de las mujeres viven en países donde el aborto está penado o sujeto a restricciones. Los abortos inseguros juegan un papel clave en la salud materna”, señaló la maestra Irene Sobrevilla Quiton, Economista en la Agencia Nacional Sueca sobre Salud Sexual y Reproductiva.
Los estudios econométricos destacan diferentes resultados que se pueden presentar ante la despenalización del aborto: cambios en los patrones demográficos, mejora en la salud materna, empoderamiento de las mujeres y externalidades positivas como la reducción de la delincuencia y de los costos de salud pública. En el caso de América Latina hay poca investigación con herramientas econométricas sobre el efecto de la despenalización, además de ser una región con leyes conservadoras y altas tasas de abortos inseguros, en los que las adolescentes son el grupo más vulnerable a las muertes maternas y las complicaciones de salud.
En el Seminario Permanente de Género en Salud, transmitido por Facebook Live de la Facultad de Medicina de la UNAM, la maestra Sobrevilla Quiton indicó que las muertes maternas por abortos inseguros son altamente prevenibles. En el caso de nuestro país, recordó que el aborto fue despenalizado en la Ciudad de México en 2007, por lo que usó un modelo cuasi-experimental para determinar el impacto de la reforma en esta entidad sobre las tasas totales de fertilidad y la mortalidad materna con un enfoque especial en adolescentes, para lo cual utilizó datos de 1990 a 2016 a nivel estatal.
Los resultados arrojaron que, si la despenalización del aborto no se hubiera aprobado en la Ciudad de México, la mortalidad materna habría sido aproximadamente 9.5 veces más alta por cada 100 mil nacimientos de adolescentes. Esto equivale a una disminución promedio del 20 por ciento en la tasa de mortalidad materna de adolescentes en esta entidad después de la reforma. También se registró un descenso del 13.3 por ciento en la tasa de fertilidad en adolescentes por cada mil, sin embargo, no existe evidencia concluyente para atribuir la disminución de la tasa de fertilidad a la despenalización.
Este análisis puede contribuir a las discusiones actuales sobre el impacto de la interrupción legal del embarazo en México y América Latina. “Además de la legislación se requiere mayor accesibilidad, información para las personas que quieran realizar un aborto legal, infraestructura y mejor educación sobre salud sexual y reproductiva. ”La recomendación en términos de política pública de esta investigación es clara, si se quiere reducir la tasa de mortalidad materna en México, el aborto debe ser legal”, concluyó.
Ricardo Ambrosio