La creatividad es la acción de producir algo nuevo al adaptar o trascender lo ya existente, se combinan elementos previamente no relacionados, incluso opuestos y permite encontrar soluciones a problemas o retos. Además, es un elemento crucial de lo que es ser humano, está presente en toda la especie humana sin importar el grupo étnico y cultural, incrementa la capacidad de adaptación al medio ambiente e incluso nos permite transformarlo, juega un papel crucial en la formación de la cultura, en el desarrollo individual y en el bienestar, permite procesar y simbolizar el trauma y la adversidad, y es un elemento clave para la salud mental y la resiliencia.

La doctora Rosa Aurora Chávez, fundadora del Washington International Center for Creativity, indicó que en el proceso de creatividad hay tres elementos que se dan de forma simultánea, pero que tienen características distintas. El primero es la asociación de ideas previamente no relacionadas; el segundo es la elaboración, que es donde ya se tiene la idea y de forma propositiva se decide hacer algo y trabajarla; y el tercer elemento es la comunicación con los demás, lo que puede desencadenar procesos creativos en otros.

En el Seminario de Psiquiatría y Salud Mental, transmitido por Facebook Live, organizado y moderado por la doctora Ingrid Vargas Huicochea, Coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, la experta señaló que “la creatividad implica distintos procesos cognitivos, afectivos y volicionales muy particulares, entonces no es de sorprender que en el cerebro creativo también la activación sea diferente”. En él hay una activación al mismo tiempo de ambos hemisferios, de las áreas fronto-temporoparietales, y también se activa el cerebelo que tiene una función importante en los procesos cognitivos, especialmente la memoria de trabajo, facilitando procesos y haciéndolos más accesibles y rápidos.

La doctora Chávez mencionó que un proceso relacionado con la creatividad es la sublimación, que es un mecanismo de defensa que permite transformar impulsos inaceptables en expresiones socialmente aceptables. Agregó que “al poder conectar lo afectivo, las fantasías y los pensamientos, la creatividad tiene un enorme potencial y también una función de podernos ayudar a convertir una emoción en símbolo y de asignar nuevos significados a una experiencia de trauma”, apuntó.

Finalmente, la experta habló de la importancia clínica de la creatividad, al enfatizar su relación con la supervivencia y la capacidad de resiliencia; de hecho, la Organización Mundial de la Salud señala a la creatividad dentro de los elementos indispensables para la resiliencia. La creatividad también es importante para recuperar la vitalidad y tener, por tanto, una mejor calidad de vida; para la solución de problemas y para tener una conducta más adaptativa. “La creatividad en sí misma es un movimiento hacia la salud, nos permite procesar, visualizar, sublimar y mucho más”, concluyó.

Janet Aguilar